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No vender el sofa

25 de septiembre de 2005

A raíz de los actos de violencia en el estadio El Campín de Bogotá, varios sectores han pedido el cierre de escenario deportivo o la realización de los partidos a puerta cerrada. En una sociedad como esta, donde las oportunidades de esparcimiento son mínimas, es injusto castigar a una mayoría que no tiene nada que ver con la violencia, pues las barras bravas son la minoría. En Bogotá, por ejemplo, hay calles con altos índices de violencia o accidentabilidad con estadísticas precisas y a nadie se le ocurre pedir el cierre de las vías. Lo lógico es mejorar la seguridad de acceso a El Campín, colocar más cámaras y distribuir mejor y más hombres de la Policía preparados para afrontar disturbios masivos. Lo demás, como reza el dicho popular, es vender el sofá.