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| Foto: Getty Images

APERTURA

Mark's anatomy

La decisión del fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, de donar 99 % de sus acciones en esa empresa tiene tanto de bueno como de malo y feo. SEMANA especula sobre sus motivaciones.

5 de diciembre de 2015

Una mente Calculadora

El dinero no estará en una fundación sino en una compañía que no será sometida a controles y permitirá invertir en caridad, pero también en campañas políticas, lobistas y firmas con ánimo de lucro. El monto, además, no será girado de inmediato sino por cuotas. Las tres primeras, de 1.000 millones cada una, en los siguientes tres años.

Maquillaje digital

Para contar la noticia, Zuckerberg explotó la potencia de la red. Publicó el post y una foto en un anuncio de pantalla completa en Facebook y en pocos días recibió casi 1.500.000 likes. Miles de personas comentaron el mensaje, entre ellas grandes figuras globales como Shakira.

Un bolsillo bien cuidado

“Donando los superricos compran relaciones públicas y elogios y, a la vez, ahorran impuestos”, escribe el portal de investigaciones ProPublica para referirse a los beneficios tributarios que recibirá Zuckerberg tras la decisión. Las ganancias de capital que le producían sus acciones en Facebook eran enormes y crecían en correlación con el valor de la empresa en la bolsa. Ahora se quita ese peso.

Un buen corazón

“Nuestra sociedad tiene la obligación de invertir ahora para mejorar la vida de todos aquellos que vendrán al mundo, no solo de quienes ya estamos acá”. Zuckerberg dedicó el mensaje a su recién nacida hija Maxima y refleja así un sentimiento de compromiso con el planeta, frecuente en las nuevas generaciones. A diferencia de él, otros multimillonarios de la tecnología, por ejemplo, Jeff Bezos, han preferido quedarse con su dinero.

A codearse con los grandes

La donación de Zuckerberg ya hace a muchos equipararlo con grandes mecenas del siglo XX como Andrew Carnegie y John Rockefeller. Y es claro que ya entró al exclusivo club de filántropos de Bill Gates y Warren Buffett. El primero tiene una fundación con un presupuesto de 41.300 millones de dólares, que abrió cuando tenía 45 años. El segundo se ocupó de la caridad solo a los 75. El chico de Facebook tiene apenas 31.

¿Lo trae en la sangre?

Las hijas en la familia suelen despertar el corazón caritativo de los hombres, según un estudio hecho con 10.000 ejecutivos daneses durante diez años. Si tenían un hijo varón, reducían los salarios de sus empresas. Pero si era niña, los aumentaban. En otro experimento, el psicólogo Paul Van Lange diseñó un juego en el que los participantes debían compartir recursos, y los más generosos fueron los hombres con más hermanas. “Las mujeres suavizan el corazón de los padres”, dicen los expertos. Bill Gates, por su parte, tiene dos.