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"SER DE IZQUIERDA NO ES SER VIOLENTO"

HORACIO SERPA URIBE

10 de abril de 1989

HORACIO SERPA URIBE
La semana pasada, Horacio Serpa Uribe dejó la Procuraduría General y regresó a la actividad política. Lo hizo con un vibrante discurso en la sede de !a Dirección Liberal, en el acto "Por la supervivencia nacional" al que asistieron todos los partidos políticos. Serpa habló el viernes con SEMANA, tras aceptar ser el jefe de debate de la campaña del precandidato liberal Ernesto Samper.

SEMANA: Hasta hace pocas semanas, todo indicaba que usted se quedaría en la Procuraduría hasta el final del gobierno. ¿Qué lo hizo cambiar de opinión?
HORACIO SERPA: Efectivamente, cuando la Cámara confirmó mi designación como Procurador, yo tomé la decisión de quedarme en la Procuraduría hasta 1990. A medida que se acercaba la fecha en que quedaría inhabilitado para lanzarme al Senado, o sea el 10 de marzo, mis amigos politicos de Santander me insistían cada vez más en liderar un bloque amplio para la campaña del próximo año; luego, el senador Samper y los 55 parlamentarios que lo lanzaron el 2 de marzo, me pidieron que los acompañara como jefe de debate. A todas estas solicitudes yo respondía pidiendo plazo para pensar. Finalmente, cuando se produjo elatentado de Eldorado, llegué a la conclusión de que mi deber era estar en la actividad política plena, al lado de Ernesto Samper y del Poder Popular.

S.: Esta va a ser una campaña dífícil para grupos como la Unión Patriótica, para dirigentes como Luis Carlos Galán, para Samper, para usted mismo. ¿No cree?
H.S.: Estoy seguro de ello. Por eso, hay que hacer un gigantesco esfuerzo para lograr morigerar la violencia. Si no se reduce -y hablo de reducir y no de acabar de un dia para otro, pues me parece imposible los traumas van a ser de enormes proporciones. Habrá que empujar la iniciativa de paz del gobierno adecuándola a la realidad de hoy. Lo que se ha alcanzado con el M-19 parece bueno. Si lo de las FARC es sincero, será positivo. Y sobre esa base, sería muy útil lograr un acercamiento con la Coordinadora Guerrillera. Por el otro lado, resultan absolutamente necesarias unas acciones para reducir y contrarrestar el fenómeno paramilitar, acciones jurisdiccionales y acciones de la fuerza pública, así como una acción pedagógica y terapéutica con aquellos sectores que han venido estimulando o financiando la actividad paramilitar, para que entiendan que ese es el peor camino para enfrentar la violencia guerrillera. Hay algo más, que a mi me parece esencial para que esta campaña se pueda adelantar a pesar de todos los obstáculos: hay que lograr un pacto de todos los partidos democráticos en el sentido de descalificar la violencia como instrumento de lucha politica.

S.: ¿Qué posibilidades le ve usted a Ernesto Samper de llegar a la Presidencia en el 90?
H.S.: Son grandes, pues están, primero que todo, sus condiciones personales y politicas. Es un hombre simpático, carismático, inteligente, competente, que ha demostrado una gran formación en las ciencias juridicas y económicas. Es increible, pero en sólo tres años en el Congreso, ha logrado conformar una sorprendente fuerza parlamentaria y ha estado al frente de las más importantes decisiones en materia legislativa.

S.: ¿Qué efectos cree usted que tenga en esto el horrendo atentado que sufrió?
H.S.: Por esta desgracia ha sido posible establecer que Samper es un político conocido en todo el país, y que la opinión que se tiene de él es altamente favorable.

S.: Para muchos, el que Samper hubiera sido herido al lado del dirigente de la UP asesinado, José Antequera, simboliza sus inclinaciones de izquierda, así como las del Poder Popular, inclinaciones a las que usted no es para nada ajeno.
¿Qué implicaciones puede tener esto en la campaña?
H.S.: Lo primero que hay que dejar en claro es que ser de izquierda no es ser violento. La izquierda democrática es la linea auténtica del liberalismo, la de Murillo Toro que hablaba en el siglo XIX de socializar la tierra; la de Uribe Uribe que pedia a principios dé este un socialismo de Estado; la de Gaitán, que insistió siempre en los años 40 en la posición social del liberalismo; o la de López Pumarejo y su "revolución en marcha". Es importante que el liberalismo se reencuentre con esto, y asi mismo se identifique con las clases populares y los sectores medios de la población.

S.: ¿A qué le tiene usted miedo en esta campaña?
H.S.: Yo siempre le tengo miedo a la violencia, en todas sus características y manifestaciones. A la paramilitar y a la de la extrema izquierda, porque sé que el proyecto político que estamos defendiendo no le sirve a quienes pretenden mantenerse por fuera de la ley y contra la democracia. -