“Sueño con el cese al fuego”

SEMANA: ¿Usted cree que las audiencias públicas en el Caguán son puro teatro?

Fanny Mikey: Para mí la palabra teatro no es una palabra peyorativa. Evidentemente, hay un elemento de rito que me parece importante en la convivencia humana. Si ese ritual de las audiencias nos está ayudando a que la sociedad civil se involucre en el trascendental tema de la paz y la insurgencia se compromete al mismo tiempo con todos nosotros en la búsqueda de salidas dialogadas, ese sería el mejor teatro del mundo.

SEMANA: Lo que le ocurre al país es: ¿Teatro negro o una tragicomedia?

F.M.: Desgraciadamente una tragicomedia.

SEMANA: Usted, como directora ¿qué le pide a los actores del conflicto?

F.M.: Que piensen y sientan, entonces sus acciones serán verdaderas.

SEMANA: ¿Qué ocurre en la tras-escena del proceso de paz?

F.M.: Eso es lo que todos los colombianos quisiéramos saber.

SEMANA: ¿Para qué sirve la cultura en un país de tanta violencia?

F.M.: En gran parte la violencia que tenemos se debe a la ausencia de cultura.

SEMANA: ¿Qué gestos de paz les pide a las Farc?

F.M.: Sueño todos los días con el cese al fuego, el cese al secuestro y un poco más de ternura para los detenidos, por lo menos que puedan tener visita conyugal.

SEMANA: ¿Cree que los protagonistas del proceso están usando máscaras?

F.M.: Hay muchos protagonistas y muchas máscaras, pero todos debemos usar la misma máscara: la de la buena fe.

SEMANA: Su oficio es provocar emociones, ¿qué sintió en el Caguán?

F.M.: Se me despertó la esperanza.

SEMANA: ¿De veras cree que las palabras pueden acallar los fusiles?

F.M.: ¡Sí! Sobre todo la palabra amor.

SEMANA: En este proceso ¿usted cree que hay demasiados espectadores indiferentes?

F.M.: Desgraciadamente sí, pero afortunadamente cada vez menos.

SEMANA: ¿Cuál es el epílogo que sueña para este proceso?

F.M.: Que pueda decirles a mis nietos: “cuando estábamos en guerra...”.