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Terrorismo

Historia de las dos víctimas inocentes en el atentado del jueves pasado en Bogotá contra el sistema TransMilenio.

8 de abril de 2006

Daniel Alberto Beltrán Rodríguez
El viernes pasado se apagó la vida de Daniel. El pequeño de 10 años había abordado uno de los buses alimentadores del sistema TransMilenio en el barrio Inglés, al sur de Bogotá. Eran las 3:15 de la tarde cuando una bomba explotó en el interior del vehículo y le produjo quemaduras de segundo y tercer grado en el 30 por ciento de su cuerpo. Los médicos lucharon durante horas para salvarle la vida. Fue una labor titánica, pero imposible. Daniel falleció a las 9:15 minutos del día siguiente. Cuando se conoció la noticia, 300 de sus compañeros del colegio Rafael Delgado Salguero, donde cursaba cuarto de primaria, marcharon por su barrio en medio de las lágrimas. Daniel, que nació y vivió en un humilde hogar, era un alumno destacado en el área de sociales.
 
Bryan David Romero Vargas
Después de consultar la tarea de sociales en la Biblioteca del Samoré, Bryan, de 11 años, se distrajo con unos amigos. Con los mismos con los que el terror lo encontraría minutos más tarde al manipular una bolsa que aparentemente llevaba comestibles. Los mismos amigos por los que preguntaba a su tío con insistencia cuando era llevado al hospital y con los que disfrutaba conversar de fútbol y de las nuevas canciones de reggaeton. El último día de clases, antes de Semana Santa, fue de tristeza para el grado 7-03 del colegio Restrepo Millán, ante la incertidumbre sobre la salud de Bryan, uno de lo mejores en clase de inglés. Al cierre de esta edición, Bryan permanecía en cuidados intensivos con pronóstico reservado y con quemaduras en el 50 por ciento de su cuerpo.