Yo no hago populismo

SEMANA: ¿Eso de ser cantautor no es como pasado de moda?

Andres Cepeda: Al contrario. Hay que regresar a los tiempos en que la música huía de lo superficial. Ahora abundan los artistas artificiales y yo no me hallo en ese mundo, por eso voy por otro sendero.

SEMANA: ¿Qué lo hace a usted diferente? Porque suena pretencioso calificar a los demás de artificiales.

A.C.: Soy diferente porque busco una propuesta musical que transmita sensibilidad y que, de paso, invite a la reflexión.

SEMANA: El público de los grandes cantautores es de izquierda. ¿Cómo triunfar en este país tan derechizado?

A.C.: En mi tiempo actual poco importa que me pongan un rótulo, lo que me anima es que me escuchen. No busco que el entorno razone sino que el individuo se cuestione.

SEMANA: Con excepciones, los nuevos cantantes son flor de un día. ¿Le teme a esto?

A.C.: Me preocupa mucho. Por eso, en lo posible, trabajo para no repetirme.

SEMANA: Usted tiene audiencia, ¿Cómo hace eso en un país donde la mayoría de las emisoras apuestan por el ‘chucu-chucu’?

A.C.: Una posibilidad es hacer ‘chucu-chucu’. La otra es buscar el lenguaje popular, tomar su base y adaptarlo al estilo que uno quiere hacer.

SEMANA: Para eso se necesita formación musical y literaria. ¿La tiene?

A.C.: Tengo bastante formación musical y en literatura poseo herramientas decentes.

SEMANA: Su nuevo disco, ‘El Carpintero’ puede carecer de estilo definido pues tiene salsa, bolero, son…

A.C.: No porque hay un hilo conductor, y son los instrumentos. Son cuatro: la guitarra acústica, el contrabajo, la percusión y el piano. Esa es la columna vertebral del disco.

SEMANA: ¿Es casi un contrasentido generacional escuchar a un joven como usted cantando boleros y rancheras?

A.C.: ¿Por qué? Toda es música para enamorar. Y eso no tiene barreras ni fronteras generacionales.

SEMANA: ¿O es un acto de populismo?

A.C.: Yo no hago populismo. Populista sería si buscara anotarme un hit, pero ese no es mi propósito, el mío es explorar, asumir riesgos. Ir por el camino de la sensibilidad, soñar con ayudar a encontrar el alma de mi país.