“A la niña le devolvieron la vida”

Mónica Roa, la abogada que libró una dura batalla para buscar la despenalización del aborto, habló sobre la polémica que produjo su aplicación.

26 de agosto de 2006

SEMANA: Tras su larga batalla, ¿está de acuerdo con que se haya empezado con una niña de 11 años?

MÓNICA ROA: Sí, no sólo porque el embarazo fue indeseado y la niña declaró su decisión de interrumpirlo, sino porque ella no tenía un cuerpo preparado para soportar un embarazo y un parto. De haber seguido, se hubiera puesto en peligro su integridad física. Me alegra saber que a la niña le devolvieron la vida.

SEMANA: Pero la Iglesia dice que se la devolvieron a costa de otra

M.R.: No se le quitó la vida a otra persona, y no se puede poner en estos términos, partiendo de la concepción que la Iglesia tiene sobre la vida. Es claro que esta niña no sólo tenía derecho a sobrevivir, sino a vivir su vida como ella quiere. Creo que el debate ha madurado lo suficiente como para entender que un embrión no puede tener mayor protección que un ser humano.

SEMANA: ¿Y la adopción no era una salida para este caso tan complejo, como lo propuso el obispo de Montería, Julio César Vidal?

M.R.: Me parece absolutamente inaceptable proponerle a esta niña tener el bebé. La adopción es una opción válida, pero en este caso era muy peligroso someterla a un embarazo y a un parto, pues su cuerpo aún no está preparado para la maternidad.

SEMANA: ¿Qué lecciones quedan de este caso tan polémico?

M.R.: Quedó claro, si es que aún no lo estaba, que la Corte Constitucional despenalizó el aborto, que las cosas han cambiado y que las mujeres que se encuentran en circunstancias especiales tienen derecho a solicitar la interrupción del embarazo. Además, las instituciones de salud públicas o privadas, tienen la obligación de garantizarles este derecho de la manera más rápida, digna y segura.

SEMANA: ¿Qué pasa con instituciones católicas como el Hospital San Ignacio de Bogotá, que anunciaron que no prestarán este servicio?

M.R.: Una cosa es la objeción de conciencia personal, que es un ejercicio legítimo de la libertad de conciencia de las personas, pero no de las instituciones, ya que no tienen conciencia. Los hospitales, por prestar un servicio público, tienen la obligación de garantizarlo, con personal propio y contrando con otras entidades.

SEMANA: ¿Este tema del aborto no está ocultando el problema sexual que están viviendo los adolescentes?

M.R.: No. Lo que queremos es enfrentar el problema, atacar las causas. En lo que todos estamos de acuerdo es en que ojalá el aborto no existiera, pero no podemos pedirles a las adolescentes que se sacrifiquen por dar a luz.

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