ENTREVISTA

“A tomar agua del grifo”

El ex ministro de Ambiente Manuel Rodríguez habla de la propuesta de cambiar hábitos de consumo para luchar contra el cambio climático.

15 de septiembre de 2007

Semana: ¿Cómo es su teoría de que es mejor tomar agua del grifo que embotellada?
Manuel Rodríguez: No es mejor ni peor. Lo que queremos es que los colombianos piensen sobre lo que consumen y los efectos que las decisiones tienen sobre el medio ambiente.

Semana: ¿Qué tiene de malo tomar agua embotellada?
M.R.: Desde el punto de vista ambiental, usa materia prima basada en combustibles fósiles, que en su mayoría terminan en la basura. En Estados Unidos, cada año 35.000 millones de botellas corren esa suerte, es decir, más de 100 botellas por persona. Si tomaran agua del grifo, se evitaría el gasto de combustible para transportar esa agua y las familias estarían ahorrando mucha plata de su canasta familiar.

Semana: Eso puede ser cierto en Estados Unidos, pero no todos los colombianos tienen agua potable.
M.R.: Es deber y o danos. Esa ha sido una tradición desde la antigüedad. Y cuando la ofrece como lo hace en Bogotá, Medellín, Cartagena o Cali, debe promover que la gente la tome y acabar con esa propaganda perversa según la cual el agua embotellada es mejor que la del grifo.

Semana: ¿Por qué cree que la gente prefiere el agua embotellada?
M.R.: Por imitación, por publicidad. Para muchos es muy chic tomar agua Fitji, Evian o Perrier. Incluso hay quien mezcla el whisky con agua de Irlanda. Piensan que eso da estatus, cuando es mejor el agua de Chingaza, que es la que tomamos los bogotanos.

Semana: Pero en algunas casas el agua ni sabe ni se ve bien.
M.R.: El problema son las tuberías de los edificios y las casas. Toda la vida yo he tomado agua del grifo, y nunca me he enfermado.

Semana: ¿Por qué quiere plantear este debate en Colombia?
M.R.: La federación de alcaldes de Estados Unidos está promoviendo que en todos los edificios públicos, en los privados de alto tránsito y en las calles y parques haya fuentes para tomar agua. Incluso el alcalde de San Francisco prohibió comprar agua embotellada en las dependencias públicas, porque la ciudad ofrece un agua pura que llega a todas partes. ¿Por qué no podemos hacer lo mismo en Bogotá o Medellín?

Semana: Pero, ¿proponer eso no es echarse a las embotelladoras en contra?
M.R.: Sí, pero creo que este es el comienzo de un debate que debe llevar a replantear muchos hábitos de consumo, si se quiere luchar contra el cambio climático. Imagínese cuántos barcos, aviones, camiones, carros, combustible y energía se gastan en repartir el agua embotellada. Eso y otras cosas tienen que cambiar.

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