ENTREVISTA

"Al escribir una novela mi existencia tiene más sentido"

El veterano periodista Javier Darío Restrepo habla de su primera obra de ficción 'Edad de sangre', que saldrá al mercado en los próximos días.

21 de marzo de 2004

SEMANA:¿Un reportero como usted, formado en la exigencia de la precisión. ¿a qué horas se extravió en los caminos de la ficción?

Javier Darío Restrepo: No hubo un momento exacto. El mismo oficio me fue llevando por la ruta de contar historias, narrar vivencias, hablar de personajes.

SEMANA: Y, ¿qué tan difícil fue?

J. D. R.: ¿Difícil? Fue muy duro porque se trata de una novela histórica. Tuve que romper esquemas y torcerle el cuello a la verdad para hacer mi propia narración.

SEMANA: El reto de la ficción está en hacer que el lector crea que esa narración es verdad.

J. D. R.: Por supuesto. Pero la libertad de la imaginación es un derecho que uno no puede cultivar porque está atado a la severidad del reportero.

SEMANA: Pero, ¿lo logró?

J. D. R.: Después de un esfuerzo monumental, sí. Aunque también debo decir que además del trabajo es una tarea excitante. Y hoy pienso que al haber escrito una novela mi existencia tiene más sentido.

SEMANA: Tiene usted 72 años, 48 de estos dedicados al periodismo ¿y hoy cree que está más satisfecho habiendo dado el salto a la literatura?

J. D. R.: No creo haber saltado a la literatura porque para mí el periodismo es una rama de la literatura. Lo que ocurre es que es profundamente emocionante haber creado una obra de mi propia inspiración y no contar una historia sujeta a la realidad.

SEMANA: ¿Cuál es el argumento de su novela 'Edad de sangre'?

J. D. R.: A partir de un fusilamiento a un condenado que se realizará en 18 horas se entrelaza la historia del país que duele, del país de sus guerras, desde la Guerra de los Mil Días hasta la que hoy vemos por televisión.

SEMANA: Su novela saldrá en la próxima Feria del Libro de Bogotá. ¿Cómo se siente en víspera del juicio de los lectores?

J. D. R.: Leí en un autor ruso que las bibliotecas son una sala de espera de los autores esperando audiencia de los lectores. Todos gritan: "Léanme, léanme". Así estoy.

SEMANA: Y, ¿después?

J. D. R.: Pues le cuento que esto me quedó gustando y tengo la suficiente energía para sentarme a echar otro cuento.

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