"El Che vive"

SEMANA: ¿Qué impacto tiene esto para los estudiantes?

ARMANDO SILVA: Se podría pensar que es una provocación porque está tocando un tema que ha calado como representación colectiva. Se busca aislar a un sector que no es beligerante ni armado. Ese sector ha encontrado en el Che una ilusión del futuro porque el Che es un emblema de la toda la Universidad Nacional.

SEMANA: ¿Se está tratando de proscribir los símbolos de una generación?

A.S.: Es posible que de la generación de los 70. De todas formas, considero que hay una confrontación ideológica de conceptos que representa la vida y el porvenir.

SEMANA: ¿Qué significan esos símbolos para la sociedad actual?

A.S.: Hoy más que nuca podemos hablar del poder de la imagen, bien sea erótica, religiosa o política. Estamos en una sociedad de símbolos y por tanto tocarlos es tocar a las personas que están detrás de esos símbolos. Hace muchos años, cuando el Ejército boliviano mató al Che, lo importante era su cadáver, el símbolo del Che como un trofeo de victoria. Al borrar el ícono, la Universidad Nacional está diciendo que el Che está muerto. Esto es una apertura para la agresión, es un acto manipulador.

SEMANA: ¿Es posible crear consenso alrededor de las imágenes?

A.S.: Estamos en una democracia y por tanto los que están y los que no están de acuerdo tiene derecho a existir y a expresarse. La Universidad Nacional, como la máxima entidad pública, debe dar ejemplo de tolerancia.

SEMANA: ¿Qué impacto cultural y político tiene este hecho?

A.S.: Culturalmente representa un golpe a la tolerancia y por tanto el avivamiento de radicalismos. En lo político, la Universidad Nacional da muestra de actitudes reaccionarias. Ya de por sí tenemos varias expresiones de cierta izquierda intolerante, y ahora, si las directivas asumen una actitud autoritaria heredada de la anterior administración, tenemos un gran desafío para la democracia interna de la Universidad.

SEMANA: ¿Se está haciendo daño a la memoria colectiva de la sociedad?

A.S.: Los hechos se representan en recuerdos y junto a las imágenes son signos de la memoria colectiva. Pretender borrar una memoria con disculpas burocráticas sólo impulsa a los estudiantes para que puedan decir con toda razón: el Che vive.