“El narcotráfico no es un problema del fútbol”

ORESTE SANGIOVANNI: Para los hinchas, mucha alegría. Y para los dirigentes, un gran compromiso pues ahora sí podemos construir un América autosuficiente que responda a las expectativas. Salir de la Clinton es desatarnos las manos.

O. S.: La Justicia tuvo la oportunidad de juzgar al equipo y lo hizo. Este asunto ya es historia. Este es un nuevo comienzo.

O. S.: No se puede culpar a un club de fútbol. El tráfico de estupefacientes, el lavado de activos y el enriquecimiento ilícito no son un problema del deporte sino del país y del mundo.

O. S.: En 1987, 1988 y 1990, el América no ganó nada y, supuestamente, entonces ya había dinero ilícito. Yo no veo una relación necesaria entre el dinero y los logros que pueda alcanzar un equipo. El Once Caldas, por ejemplo, ganó la Copa Libertadores porque tenía un buen grupo humano, no porque tuviera mucha plata.

O. S.: Los hinchas viven momentos, y ese fue uno muy duro. Algunos apoyaron al equipo antes, durante y después de la crisis. Otros no. Lo que está claro es que cuando eres seguidor de un equipo no es fácil renunciar. A pesar de todo, el estadio siempre se llenaba.

O. S.: Cumplir el acuerdo de los acreedores y las supersociedades. O sea que vamos a pagar todo. Por supuesto también lo que les debemos a los empleados.

O. S.: Es que trabajan en una empresa de la que son hinchas. Y ellos sabían que todo se iba a resolver. Lo impresionante es que tantos hubieran aguantado, a pesar de las demoras. El médico del equipo, el doctor Cruz, pagaba las medicinas de los jugadores del salario que él recibía en su clínica privada. Eso es amor.