| Foto: Natalia Botero

ENTREVISTA

“Es un momento mágico”

El presidente de Estados Unidos Barack Obama anunció un multimillonario programa que en diez años deberá descifrar el cerebro humano. El neurocientífico colombiano Rodolfo Llinás habló sobre su enorme valor para la humanidad.

23 de febrero de 2013

SEMANA: ¿La iniciativa de Obama qué permitirá saber sobre el cerebro?

RODOLFO LLINÁS: Podremos entender la naturaleza del humano. Si nos quitan el cerebro somos como cualquier otro animal. Esta situación nos va a dar una gran cantidad de información médica, sociológica, económica y política. Es un momento mágico.

SEMANA: ¿Cómo resulta todo eso de un simple mapeo del cerebro?

R.L.: El mapa es solo un paso. La meta es estudiar no solo la forma del cerebro, sino también el funcionamiento de sus células y circuitos. Hoy podemos captar 2.000 imágenes por segundo de la actividad cerebral. Con las investigaciones que se vienen llegaremos a un nivel nunca antes soñado.

SEMANA: ¿Se podrán curar enfermedades como el alzhéimer o el párkinson?

R.L.: El proyecto impactará todo lo que tenga que ver con el funcionamiento cerebral, lo cual tendrá efectos económicos y sociales increíbles. Es decir que también impulsará las investigaciones sobre esas enfermedades. Cambiará nuestro concepto de la psiquiatría y el aprendizaje, por ejemplo, de la dislexia. Pero irá más allá de la medicina.

SEMANA: ¿A qué se refiere?

R.L.: Por fin sabremos exactamente cómo aprendemos y memorizamos, cómo el cerebro se optimiza y prolonga su vida. Esto último será clave para mejorar la vejez.

SEMANA: ¿Se llegará al cerebro artificial o a las neuronas sintéticas? 

R.L.: El cerebro artificial me hace pensar en un ruiseñor mecánico, no en un órgano humano. Nuestro cerebro no está hecho de metal, y justo en esa naturaleza orgánica radican nuestras capacidades cognitivas. En cuanto a las neuronas, no hay posibilidad de que lleguen a ser sintéticas. El pensamiento humano requiere no solo los 100.000 millones de neuronas que poseemos, sino también un sistema biológico. Piense en el vuelo de un murciélago y en el de un avión. Son dos cosas distintas.

SEMANA: ¿Nos permitirá el mapa del cerebro entender el alma o la conciencia humana?

R.L.: Absolutamente. Es una pregunta fundamental que nos ayudará a comprender la naturaleza de los que los científicos llamamos la qualia, la capacidad de tener experiencias. Entenderemos cuál es la diferencia entre, digamos, un transistor y una neurona. El primero tiene funciones sencillas; la segunda, en cambio, es un universo.

SEMANA: ¿A qué se parecerá el mapa cuando esté listo en 2023? 

R.L.: Será una gran imagen de tres dimensiones. Se parecerá más a una coliflor que al mapa de Bogotá.

SEMANA: ¿Cómo podría Colombia desarrollar empresas científicas de ese calibre?

R.L.: Colombia podría ser una parte importante por dos razones. Los colombianos son igualmente inteligentes que las personas del resto del mundo. La posibilidad de hacer investigaciones en el país es igual que en Estados Unidos, siempre y cuando la gente cuente con la metodología necesaria. Sería interesante que el gobierno decidiera hacer un instituto de investigación y participar en el proyecto de Obama. Aparte de esto, los colombianos simplemente ayudan a los demás con sus ideas y con su tiempo, pero no tienen la posibilidad ellos mismos de desarrollar la información. No es bueno que la plata venga siempre de afuera. Lo mejor sería un modelo mixto en que una parte también venga de adentro. Se requiere entender estos proyectos como una inversión real con la que se pueden patentar cosas y enriquecer la estructura científica colombiana.

SEMANA: ¿La ciencia podría ser una locomotora de desarrollo?

R.L.: ¡Absolutamente!

SEMANA: Si un proyecto serio se pusiera en marcha, ¿usted regresaría a hacer ciencia al país?

R.L.: Yo podría ayudar. Pero se necesita que haya gente más joven, se necesita formar equipos. Yo he estado dispuesto a ayudar toda mi vida, pero siempre se quedan cortos. Desde hace 50 años hemos estado tratando de hacer algo y no funciona, la plata aparece y luego desaparece. Pero esta vez, con esta presidencia, quizá sí se puede hacer. Si es así, estaría por supuesto dispuesto a invertir tiempo y a ayudar.

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