ENTREVISTA

"La novela y mi vida son casi lo mismo"

El escritor mexicano Sergio Pitol (1933) ganó el Premio Cervantes, el galardón más importante de las letras hispánicas. SEMANA habló con él.

12 de febrero de 2006

SEMANA: En el último volumen de su autobiografía, 'El mago de Viena,' usted reconstruye su vida a partir de sus lecturas ¿Por qué los libros son tan importantes para usted? SERGIO PITOL: Yo fui un niño huérfano de padre y madre a los 4 años. A los 6 tuve una enfermedad (malaria) que duró seis años, en los cuales viví con mi abuela en una hacienda y creo que lo que me salvó la vida fueron las novelas. Mi abuela era lectora total, de sol a sol, y ella me pasaba los libros. SEMANA: ¿Qué tipo de historias? S.P.: Los libros, por ejemplo, de Julio Verne, que son aventuras donde hay niños y adolescentes acompañando a sus padres o maestros por todo el mundo con historias tremebundas. Entonces yo creía que así era el mundo y que nosotros estábamos en un lugar espantoso porque no pasaba nada. Yo puedo decir que la novela y mi vida son casi lo mismo. SEMANA: ¿Y si no hubiera sido escritor, qué le hubiera gustado ser? S.P.: No podría pensar en otra profesión que la de escritor. Pero quizá sería un escritor francés del siglo XVIII SEMANA: A usted lo definen como un gran viajero. De todos los viajes, ¿cuál ha sido el que lo marcó más? S.P.: A los 38 años hice un viaje a Europa en el que pensaba quedarme unos cuantos meses y luego regresar a México. Terminé por quedarme 28 años. Allí se hizo mi obra. Lo que había hecho anteriormente había sido un aprendizaje. SEMANA: ¿Fue allí donde empezó a escribir novela? S.P.: Sí. Durante 15 años sólo escribí cuentos. El paso a la novela fue a los 40 y algo. SEMANA: ¿De todos los escritores de prosa, cuáles son los que más le gustan? S.P.: León Tolstoi. Y en español quizá Juan Rulfo, Alfonso Reyes y Borges, por supuesto. SEMANA: ¿A cuál de esas ciudades que ha visitado o ha vivido siempre quisiera regresar? S.P.: Viajé muchísimo y ahora sé que el lugar que más me gusta estar es mi casa en Xalapa, Veracruz. Pero cuando llego a Roma, Venecia, Rio de Janeiro... Lo que pasa es que cuando llego de nuevo a una ciudad que adoré y veo que los lugares que solía frecuentar ya no están, siento como si me hubieran maltratado..

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