"La sexualidad no es un juego de mal gusto"

SEMANA: ¿En qué momento los programas juveniles se obsesionaron con el sexo? LUCIA NADER: En el infortunado instante en que descubrieron que eso les da sintonía. SEMANA: ¿El fin justifica los medios? L.N.: De ninguna manera. Es natural que los muchachos se interesen por la sexualidad pero los medios no pueden tratar el tema de manera irresponsable. SEMANA: Pero las emisoras tienen el derecho de programar las cosas que a los jóvenes les gustan. L.N.: No de una manera superficial. Si quieren que traten el tema pero los conductores de los espacios antes tienen que formarse, prepararse. Lo mínimo que puede hacer un periodista de deportes es estudiar el deporte, un periodista de política es estudiar la política, si ellos quieren hacer programas de sexo pues que busquen expertos que los apoyen para darle el manejo adecuado al tema. SEMANA: ¿Usted cree que esos programas son absolutamente improvisados? L.N.: Por lo que estamos escuchando, sí. Porque ellos reducen la sexualidad al morbo, a lo oscuro y a la cama. Y la sexualidad es mucho más. SEMANA: ¿Entonces qué hay que decirles a los muchachos? L.N.: Que la sexualidad no es sólo para la cama sino que tiene que ser para la vida, que debe hacerse sobre una base de respeto, de gusto, que trasciende lo corporal. SEMANA: ¿Y eso no está en esos programas? L.N.: No, se limitan a ofrecer una visión sesgada, un modelo procaz. Es de una absoluta irresponsabilidad porque el deber de los medios es entretener, informar, formar. SEMANA: ¿Por qué cree que los jóvenes se han volcado a escuchar y a participar en estos programas? L.N.: Porque los adolescentes son hormonas puras. Sus fantasías están a flor de piel. De ahí la importancia de guiarlos para que disfruten de una manera sana su sexualidad y no reciban esos contenidos deformados que ahora escuchan. SEMANA: ¿Usted está realmente indignada con esta situación? L.N.: Estoy muy molesta. La sexualidad forma parte de lo privado y no debe tratarse públicamente de esa forma porque es nociva para los jóvenes, para la construcción del país. La sexualidad no es un juego de mal gusto.