APOYO LOGISTICO

19 de agosto de 1996


LAS BAJAS TEMPERATURAS de la noche en la capital de la República no discriminan rangos de ninguna clase. Así lo constató el fotógrafo Julián Lineros a la medianoche del miércoles de la semana pasada, cuando sorprendió a un colaborador civil, que resolvió aliarse con los soldados que a esa hora libraban una dura batalla contra el helaje nocturno. A pesar de los fusiles, los cascos y los vehículos blindados, la tropa no tuvo otra alternativa que recurrir a la fragilidad de una pequeña taza de café para atacar el frío. El tinto fue una oferta imposible de rechazar.

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