No me salgo, y no me salgo

31 de marzo de 2007

En un país que se caracterizó por muchos años por su absoluto desdén por los derechos individuales, la escena resulta especialmente increíble. Tiene lugar en la ciudad china de Chongqing, donde la modesta casa de dos pisos de Wu Ping se ha convertido en una de las más reconocibles de todo el país. La obstinada señora ha librado una batalla legal durante tres años para evitar que su casita, recién remodelada, sea demolida para dar paso a un desarrollo urbanístico de gran envergadura. Y lo cierto es que, como queda demostrado en la foto, la gran obra se encuentra completamente paralizada.

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