PRIMEROS AUXILIOS

EL ENVENENAMIENTO MASIVO de palomas en la Plaza de Bolívar de Bogotá, la semana pasada, pareció simbolizar el estado del proceso de paz. Días antes, el país había conocido una grabación que mostraba la indigna modalidad de la subversión de cobrar escandalosas sumas por la devolución de los cadáveres de los secuestrados asesinados. Esta noticia, que ensombrece aún más el oscuro panorama, sumada a la contaminación causada por la guerrilla al río Magdalena, hace suponer que el gobierno tendrá que pensar en algo más efectivo que sorbitos de agua si quiere que la paz tenga oportunidad de sobrevivir.