SEMANA: ¿Qué lo trae a Bogotá?Spencer Tunick: Llevo muchos años trabajando en un proyecto en la ciudad en colaboración con el Museo de Arte Moderno (MamBo). Esto se debe a que ha desarrollado un interés creciente por este país y por esta ciudad.SEMANA: ¿Por qué?S.T.: Durante mis viajes por el mundo, sin importar donde he estado, en Australia, Múnich o Santiago de Chile, siempre he recibido una llamada de un escritor o de un periodista interesado en mi trabajo. Y en la mayoría de los casos los que me llaman han sido colombianos. Entonces, el interés de ellos hacia mí terminó por sembrar en mí un interés hacia Colombia.SEMANA: ¿Qué impresiones se ha llevado de la ciudad?S.T.: Me hacer pensar en Londres, pero en un Londres rodeado de forma extrema por la vegetación. Por ahora solo tengo impresiones visuales, y las montañas en medio de la lluvia han sido lo más impactante. La mejor imagen es la de una selva urbana de concreto. Es fascinante.SEMANA: ¿En qué sitios ha pensado para hacer la foto?S.T.: Lamento no poder dar detalles porque es una tradición mía no decir dónde voy a hacer mi trabajo, sino hasta una semana antes de la toma. Pero le puedo decir que tendrá el tamaño suficiente para más de 2.000 personas, que estará en el medio de la ciudad y que, a la vez, será un lugar que nos permitirá trabajar en paz, protegidos de cosas como el tráfico.SEMANA: ¿Cuándo comenzó a trabajar con personas desnudas?S.T.: Con el cuerpo desnudo en lugares público como una forma de arte, en 1990. Pero entonces trabajaba con individuos. Todo cambió en 1994, cuando decidí pasar de la fotografía a la instalación fotográfica y conseguí que un grupo de 28 personas se quitara la ropa frente al edificio de Naciones Unidas en pleno Manhattan, en Nueva York.SEMANA: Tras más de dos décadas, ¿en qué piensa cuando ve un cuerpo desnudo?S.T.: En que es una explosión de vida. El desnudo es uno de los últimos ideales artísticos renegados que quedan por los que vale la pena luchar.SEMANA: Pero hoy el desnudo está presente en todos los medios.S.T.: Justo por eso. Nuestras sociedades se han acostumbrado al cuerpo desnudo en revistas, en televisión, en cine y en internet, pero ha olvidado que todavía una buena parte de nuestras vidas, especialmente de nuestra vida visual, transcurre en los sitios públicos, en el exterior. Yo quiero cuestionar la privacidad y devolverle al cuerpo un espacio fuera de los lugares cerrados. Un mundo donde el cuerpo no tenga ese espacio es uno en el que no quiero vivir.SEMANA: ¿Cómo ha sido convencer de desnudarse a miembros de sociedades de mentalidad más conservadora como las latinoamericanas?S.T.: La verdad es que es más difícil trabajar con los europeos. Como ellos piensan que son el ideal de la libertad, a pesar de no serlo, siento que se han vuelto insensibles a estos proyectos. En América Latina, en cambio, cada vez más gente quiere ocuparse de la relación cuerpo-arte.SEMANA:¿A qué se debe eso?S.T.: Es una reacción a lo que sucedía en el pasado. Aquí algunas sociedades, por décadas, han visto al cuerpo solo mediante representaciones extremas: la violencia, la pornografía y la caricatura. Y no lo han visto de otra forma. Pero siento que ahora quieren devolverle la dignidad al cuerpo. A mí eso me parece respetable y muy honesto. Además, el cuerpo visto como una entidad libre, es un camino para comprometerse con un pensamiento más libre.SEMANA: Cuando usted reúne a miles de personas en un lugar y las hace desnudarse e interactuar para una fotografía, ¿qué les sucede?S.T.: Se unen. Cuando a usted le toca participar en un proyecto donde nadie tiene la ropa puesta, de inmediato percibe una sensación de igualdad, de comunidad. Y lo hace a través de una experiencia artística. Compartir su cuerpo le ayuda a la gente a ajustar sus prejuicios y avanzar en sus vidas.SEMANA: ¿Con qué lugar sueña todavía para hacer una foto?S.T.: Con cualquier país de Asia. Lo he intentado, y mucha gente me ha ayudado a gestionarlo, pero no he tenido éxito. Creo que tiene que ver con un temor enorme que hay allá ante el cuerpo desnudo.SEMANA: ¿Dónde nunca haría un retrato?S.T.: En el mundo árabe. Sería imposible, y nunca siquiera lo consideraría.¿Por qué Bogotá?La capital de Colombia ha logrado ganarse un puesto en la escena artística internacional. Lo demostró el concierto de The Rolling Stones en marzo, y ahora lo vuelve a dejar claro el proyecto de Tunick. El fotógrafo vendrá en el marco de un proyecto organizado por la firma Johnnie Walker y el Museo de Arte Moderno de Bogotá. Con el desnudo colectivo, los organizadores quieren poner en escena una metáfora sobre la igualdad, la unión y el progreso. Los interesados pueden seguir los pormenores del evento en Twitter mediante el hashtag #MeQuitoLARopaPor.18.000 personas se quitaron la ropa en el zócalo de Ciudad de México en 2007. Con 15.000 voluntarios desnudos la foto en 2013 en Barcelona es la segunda más concurrida.1994, año en que por primera vez retrató a un grupo de personas desnudas en público. Lo hizo con 28 voluntarios frente al edificio de Naciones Unidas en Nueva York.Más de 75 tomas colectivas en lugares públicos alrededor del mundo ha hecho Tunick en 22 años.1.200 personas posaron desnudas en el mar Muerto en Israel en 2011. Ha sido su único trabajo en Oriente Medio.450 mujeres se desnudaron en la Estación Central de Nueva York en 2013.2.000 personas aproximadamente planea incluir en el trabajo que hará en junio en Bogotá.160 personas lo asistirán en logística durante la toma en la capital colombiana.