Semana: ¿Qué ha sido de su vida desde que salió del Concejo?
Luis Eduardo Díaz: Estuve muy
deprimido. Duré cinco años sin salir a la calle de solo pensar que me
tildaran de borracho. Ahora tengo mi puesto de dulces, pero tengo claro
que no quiero hacer esto toda la vida.
Semana: ¿Qué fue lo más triste de su salida del Concejo?
L. E. D.: Es
que a mí me robaron la curul. No fue por beber o robar… ¡Porque yo no
me robé un centavo! Fue porque había estado preso. Y eso me dolió. Me
convertí en un obstáculo para los que querían robar, y por eso creo que
si hubiera estado en el Concejo no habría pasado el carrusel de la
contratación.
Semana: ¿Le gustaría volver a la política?
L. E. D.: Claro. Yo
intenté lanzarme al Concejo para estas elecciones, pero no pude porque
no me levantaron la sanción que me prohibía participar en política en el
tiempo que era. Ahora estoy concentrado en llegar al Congreso y ser
senador de la República.
Semana: ¿Por cuál partido?
L. E. D.: No soy de
partidos, ni de colores. Soy un hombre entregado al pueblo. Yo digo que a
mí cualquier partido me avala y con cualquier partido me voy. Lo que
necesito son votos.
Semana: ¿Por quién va a votar para la Alcaldía de Bogotá?
L. E. D.: Esta ciudad necesita una mujer, y como la única que aspira es Clara López, pues voy a votar por ella.
Semana: ¿A qué político admira?
L. E. D.: Al
expresidente Samper. Lo admiro porque sacó el Sisbén. Si él hubiera
sido presidente antes, tal vez yo no me robo esa farola para salvar a mi
hija y no me sacan del Concejo. Como entonces no había salud, cometí un
delito.
Semana: ¿Qué les dice a quienes insisten en que usted debería dedicarse a lustrar zapatos?
L. E. D.: Que
no debieron estudiar para robar. Si yo, que lustré zapatos y llegué al
Concejo de Bogotá, no me robé un peso… ¿Por qué ellos, que han estudiado
en las mejores universidades, se roban la ciudad?