ERNESTO SAMPER PIZANO

Sube el presidente Ernesto Samper, cuyo gobierno consiguió, pocas semanas antes de finalizar el año, dar el empujón final a los dos proyectos centrales de la legislación antinarcos, el de extinción de dominio y el de aumento de penas. En el primer caso la administración se jugó sus restos en el Congreso y sacó adelante una ley llamada desde ya a convertirse en el más poderoso instrumento para despojar a los narcotraficantes de sus fortunas mal habidas. En el segundo, no sólo aumentó las sanciones para los delitos relacionados con el tráfico de drogas ilegales, sino que rechazó la maniobra que pretendía colgarle a la ley un artículo destinado a liberar a los ex congresistas presos por el proceso 8.000. Con todo ello, el primer mandatario cerró el año demostrando que si bien dineros del narcotráfico indudablemente ingresaron a su campaña, estos dineros no sirvieron para comprar sus actuaciones.