Entre gusto y gusto…

Vuelve lo antiguo y también cobra protagonismo lo rústico. Y aunque en esta temporada hay preferencia por esos estilos, la principal tendencia en decoración y acabados es la de personalizar los espacios al gusto de quien los usa, pues como dice Yvonne Meyer periodista y consultora en diseño interior: “La casa es el reflejo de la persona que vive allí y más allá de las modas, los espacios deben contar una historia”.

Cuando eso se logra, es un acierto mezclar distintos estilos en un solo lugar, por eso “es válido poner  una mesa antigua junto a un mueble contemporáneo; un bifé de los años cincuenta estilo escandinavo y un adorno antiguo. Ir a los mercados de pulgas y los anticuarios puede ser una buena opción para encontrar objetos que personalicen estos lugares”, asegura Meyer.

Pero si definitivamente la preferencia es estar a la vanguardia, lo mejor será darle un toque rústico a la casa, pues el look industrial está de moda. Inspirados en las fábricas inglesas y norteamericanas de hace más de un siglo, empiezan a ser comunes los espacios que dejan a la vista las tuberías, los ladrillos y los pisos de cemento; surgen los colores fríos y sobrios y los objetos metálicos o de vidrio, hierro y cemento. Se utiliza la iluminación natural y los techos altos, los espacios abiertos y los suelos desgastados con acabados en blanco ‘mal pintados’. Según la experta, aunque se trata de una tendencia mucho más popular en Europa, en el país empieza a ser cada vez más común.

En Colombia también existe un mayor gusto por los elementos de la naturaleza, como explica Ana María Estrada, jefe de servicios de mercado de Corona y Colcerámica. Por eso es común encontrar acabados en mármol, “así como productos tipo cemento que evocan la piedra naturalmente, ya sea en el baño o la cocina”. Y en esa tendencia, Estrada recomienda para los pisos los colores tipo madera y tierra; para las paredes los diseños novedosos con colores fuertes; para los espacios sociales, como el comedor, las texturas similares a las piedras naturales y en cualquier caso “la cerámica, que además de ser económica, no afecta el medioambiente”.

El concepto vintage es otra tendencia que ha cobrado fuerza en el país. Los diseños de los años cuarenta, cincuenta y sesenta se incorporaron en casas, locales comerciales e incluso en la moda colombiana. Ese estilo da uso a los papeles de colgadura, las maderas pintadas de blanco y los azulejos, así como a los colores turquesa, verde, amarillo y marrón. También es tendencia el estilo escandinavo que introduce los colores dorado, ocre y café para las griferías en los baños y el uso de materiales en bronce y cobre.

Aprovechar el paisaje

En las edificaciones modernas existe una tendencia a las cortinas elegantes y funcionales que permitan a la luz natural entrar en los espacios. Para Adriana Tache, gerente comercial de Hunter Douglas, uno de los modelos que mejor se adapta a esas características es la línea Silhouette A Deux de esa marca, que integra el diseño con la practicidad de los blackout, además de ofrecer la posibilidad de automatizarla. En cortinas predominan los colores grises y los textiles aptos para aprovechar el paisaje.

Si es cerca al mar…

El interior de una casa debe estar en armonía con su entorno. Por eso hay una diferencia marcada entre la decoración de los espacios del centro del país y los que están en las zonas costeras. Para los primeros, explica Tony Marti, de la empresa diseñadora y fabricante de muebles Letto, “se destacan colores neutros y gamas monocromáticas, diseños minimalistas y de autor y una mezcla de materiales como maderas, metales y plásticos”. Y en los de la costa sobresalen los colores brillantes y los diseños tradicionales y con aspecto artesanal. “La decoración va de la mano del clima y de las actividades típicas de la región”, explica.