Instrumentador y enfermeras. Equipo Cardiología. San Vicente Fundación.

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Medicina con amor, una filosofía sanadora

Cuando la atención médica a un paciente trasciende lo meramente físico y se concentra también en los aspectos mental, emocional y biológico, los resultados de cualquier tratamiento se optimizan; la recuperación del paciente es completamente satisfactoria.

23 de octubre de 2014

Este sería el panorama ideal. La medicina asumida como un compromiso íntegro y no como un negocio, las personas reconocidas como pacientes y no como clientes,  la tarea de sanar entendida como un reto profesional y humano más no como una obligación de resultados financieros.

Por fortuna, la crisis de salud que se vive en el país no ha permeado la totalidad de instituciones médicas ni mucho menos, ha deshumanizado la labor médica de algunas de ellas.

Pese al desolador panorama que se ha puesto sobre los ojos colombianos, en el país se mantienen en pie instituciones médicas que trabajan enteramente por la recuperación de sus pacientes, sin importar cuál sea su estrato ni el sistema de salud que lo cobije.

Instituciones cuyos logros, más de allá de los dividendos, se miden por el número de tratamientos finalizados con éxito, investigaciones convertidas a teorías y captación de nuevos profesionales altamente capacitados.

¿Quién lo hace en Colombia?

Algunas organizaciones médicas en el país le están apostando a una mejor atención a los pacientes, a un reconocimiento digno de sus enfermedades y a la escogencia de los mejores métodos para tratarlas.

Una de las instituciones con mayor reconocimiento dentro de estos procesos es San Vicente Fundación ubicada en la ciudad de Medellín. Una vez puesta en marcha, esta entidad sin ánimo de lucro cimentó toda su estrategia médica, logística y administrativa en una filosofía: medicina para la vida.

Para empezar, cualquier paciente que llega a San Vicente tiene la certeza de que sobre él se centrarán los mayores esfuerzos para la búsqueda de su recuperación. Una vez haya cruzado la puerta de la institución, se entiende como un miembro importantísimo de la misma y no habrá reparo dentro del personal médico para trabajar arduamente sobre la enfermedad que aqueja a ese paciente. 

 “Lo que nosotros sabemos hacer es medicina pero le ponemos el alma y el corazón; las actividades que realizamos en la institución, aunque no sean todas asistenciales, están orientadas a que la medicina funcione y funcione bien.

“Así mismo, aquí se forman estudiantes de últimos años de pregrado y de especialización de 13 universidades del país, somos su objeto de estudio en importantes investigaciones y en la mayoría de los casos, nos convertimos en su ‘casa’ de formación laboral.  Son ellos quienes salvaguardan la filosofía que cimienta San Vicente Fundación.” Así lo menciona Julio Ernesto Toro, presidente de San Vicente Fundación.

Hay que decirlo. Sobre lo que parece un sistema de salud en  ruinas continua creciendo una institución más fuerte. En Colombia la salud sí tiene esperanza.