En 2021, Colombia tenía al menos 416.289 pacientes con algún tipo de cáncer, de acuerdo con los registros de la Cuenta de Alto Costo (CAC), que articula sociedades científicas, instituciones prestadoras, asociaciones de pacientes y aseguradoras para obtener información confiable sobre las enfermedades de alto costo en el país. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los casos podrían aumentar en un 69 por ciento para 2040.
“Esta es una enfermedad frecuente que se ha venido incrementando de manera importante debido al envejecimiento de la población y la exposición a factores de riesgo”, señaló César Castiblanco, gerente de Salud de la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (Acemi), gremio que reúne a 11 EPS que concentran 34 millones de afiliados.
Solo en 2020 fallecieron 45.544 personas debido a complicaciones asociadas al cáncer, según datos del Sistema de información de Cáncer en Colombia (Infocancer). El Instituto Nacional de Cancerología (INC) explicó que las cifras de esta enfermedad se deben revisar en quinquenios o amplios periodos de tiempo, para poder identificar una tendencia. Por ejemplo, entre los años 2000 y 2020 la tasa de mortalidad reportó una disminución al pasar de 78,1 muertes a 70,9, por cada 100.000 habitantes.
Otras estadísticas de Cuenta de Alto Costo indican que la cifra de prevalencia pasó de 139.789 casos en 2014 a 416.289 en 2021. El cáncer de mama, próstata, estómago, tráquea, bronquios, pulmón, colón, recto, ano y cuello uterino encabezan la lista de mayor mortalidad.


En cuanto a la incidencia o casos nuevos, cifras del INC indican que en 2020 en el país se presentaron 109.900 casos nuevos (excluyendo cáncer de piel no melanoma), lo que representa una tasa de incidencia de 177,5 por cada 100.000 habitantes: 51.084 casos nuevos fueron en hombres y 58.816 en mujeres.
El desafío de las regiones
De acuerdo con Lina María Trujillo, subdirectora Médica y de Docencia del INC, Colombia reporta avances en la atención oncológica integral. “Actuar desde la multidisciplinariedad, entender que el tratamiento no es solo la cirugía o la quimioterapia, sino tener el acompañamiento de los profesionales necesarios según la patología del paciente”, precisó.
Sin embargo, la atención sigue siendo un desafío en las regiones. De acuerdo con Acemi, 47 por ciento de la oferta de tratamientos se concentra en Bogotá, Atlántico, Bolívar, Antioquia y Valle del Cauca, con un marcado déficit en la Amazonía, Orinoquía y Pacífico, donde la falta de infraestructura y personal médico cualificado (que tradicionalmente prefiere trabajar en zonas urbanas), dificulta la posibilidad de detectar los casos a tiempo. Las dinámicas culturales y educativas en estas regiones, e incluso lo reducida que es su población, también tienen un impacto.


Al respecto, Wilson Cubides, director ejecutivo de la Liga Colombiana contra el Cáncer, señaló que uno de los grandes retos para el sector es el acceso a los servicios. Si bien, en general, los pacientes deben enfrentarse a dificultades administrativas y tecnológicas, además de la falta de citas, el panorama es muy complejo para poblaciones vulnerables. Mujeres indígenas o rurales están entre los grupos más afectados.
“Ahí es cuando decimos que no podemos esperar a que los pacientes lleguen a la EPS, sino que las EPS hagan una búsqueda inducida de los pacientes”, opinó Cubides.


Detección temprana
La prevención y la detección temprana de cáncer es la clave para tratar la enfermedad y evitar la mortalidad. En Colombia se estima que el 75 por ciento de los casos de cáncer de pulmón, por ejemplo, se detecta en etapas muy avanzadas.


La subdirectora del INC insiste en que el debate no debe centrarse en la necesidad de que haya “un sitio de tratamiento en cada rincón del territorio nacional”. Para Trujillo es fundamental que todo el país cuente con las condiciones para prevenir y diagnosticar. “Que las personas se puedan hacer una citología en cualquier sitio y esté disponible el examen de sangre oculta en materia fecal para detectar el cáncer de colon y recto, y otras pruebas para detectar el cáncer a tiempo”, precisó.
Educar a la población sobre cómo identificar la enfermedad a tiempo, o prevenirla, es clave. Muchas mujeres desconocen que hacerse la citología o una prueba de VPH (virus del papiloma humano) les puede salvar la vida, y aunque saben del autoexamen de seno para descubrir el cáncer de mama, porque es un procedimiento al que se le da mucha promoción, no se lo realizan.
Hoy, el sistema de salud colombiano le aplica de forma gratuita, en dos dosis, la vacuna contra el VPH a niñas y adolescentes, como una estrategia para prevenir y reducir el cáncer de cuello uterino en el país.
Por otra parte, no todos los hombres, mayores de 50 años, tienen conocimiento sobre el beneficio de practicarse una prueba de antígeno prostático y tacto rectal para detectar a tiempo el cáncer de próstata.
En cuanto a los costos, la detección de un cáncer en etapas tempranas representa un beneficio para todo el sistema de salud. Layla Tamer David, directora Científica de la Nueva Eps, señala que los recursos que se destinan en un paciente con cáncer de mama (uno de los que menos gasto generan), con un diagnóstico en etapa temprana, pueden alcanzar los 13 millones de pesos por año. Cuando la enfermedad se encuentra en una etapa avanzada, esta cifra llega a 145 millones de pesos.


Sin embargo, los costos por la atención a estos pacientes dependen de factores como el tipo de tumor, la clasificación al momento del examen, tratamientos innovadores y hasta el tipo de cáncer.


De acuerdo con la Liga Colombiana contra el Cáncer, lo ideal es que la enfermedad se diagnostique en un periodo de 30 días y el inicio del tratamiento se haga en las siguientes dos semanas, pero en Colombia, en promedio, transcurren 50 días desde el momento de sospecha hasta el diagnóstico y los tratamientos inician, en promedio, 30 días después.







