Especiales Semana

¡A por ellos!

Al llegar al tercer año de la unión entre Williams y BMW la escudería inglesa parece tener todo listo para pelear el título.

26 de febrero de 2002

Frank Williams, el patron de la escudería que lleva su apellido, siente que este año tiene todo para ser un verdadero candidato al título luego de cuatro años de dominio absoluto de McLaren y Ferrari.

El equipo obtuvo su último campeonato en 1997 con Jacques Villeneuve, quien culminó dos décadas de victorias. De hecho, hasta el último triunfo del canadiense, Williams había demostrado ser el equipo a vencer en la década de los 90. Sin embargo la escudería no pudo ajustarse a los cambios de reglamentación que se hicieron a partir de 1998, lo que permitió que McLaren asumiera el liderato entre 1998 y 1999, para luego cederlo frente al poderío de Ferrari, que dominó a su antojo 2000 y 2001.

La asociación de Williams con BMW, que comenzó en 1999, señaló el final de esa difícil etapa y el equipo obtuvo resultados relativamente buenos en su primera aparición como Williams-BMW. La temporada pasada trajo incluso mejores resultados. Cuatro victorias, cuatro pole positions y ocho vueltas más rápidas dejaron ver en 2001 la evolución de la escudería. Sin embargo, a pesar de esos alentadores resultados, el talón de Aquiles a lo largo del campeonato anterior fue la fiabilidad del motor BMW. Aunque la máquina era una de las más rápidas de la grilla no era confiable ni ofrecía garantías que permitieran a los pilotos finalizar todas las carreras. Este año ese problema —uno de los obstáculos que separó a Williams de su regreso definitivo a la gloria— parece superado y la escudería inglesa tiene todas las armas listas para recuperar su lugar en la punta de las clasificaciones.

Basado en el motor del año pasado, la máquina de este año (BMW P82) es nueva en todos los aspectos. El motor lo integran casi 5.000 componentes individuales, de los cuales aproximadamente 1.000 son diferentes uno de otro. Todos los componentes base los crea y desarrolla BMW en su planta de Munich. El trabajo en el diseño del P82 comenzó el año pasado. A la etapa de concepto le siguió la de diseño, que se completó en junio. Todas las partes para los primeros motores habían sido terminadas en septiembre y la prueba de componentes comenzó en agosto. Las virtudes del nuevo motor saltaron a la vista durante la pretemporada. Tiene mayor potencia y menor peso en la parte de arriba, lo que permite optimizar el centro de gravedad. Pero lo más importante del nuevo motor es su completa fiabilidad, con lo cual se corrige uno de los mayores inconvenientes de los años anteriores. Pero, como suele pasar, no hay dicha completa. El año pasado el motor tenía problemas pero el chasis FW23 era bastante aceptable. Este año parece que las cosas son al revés.

Las negativas declaraciones de varios responsables de la escudería, incluidas las de Gerhard Berger, acerca de la rigidez del nuevo chasis FW24 Williams, prevén malos momentos para Juan Pablo Montoya y Ralf Schumacher. Durante las pruebas de pretemporada los pilotos manifestaron su gran satisfacción por la mecánica y el asombroso desempeño del motor BMW, pero no así por el chasis. Todo parece indicar que los tests de enero evidenciaron algunos problemas aerodinámicos y de diseño, lo que eventualmente podría llegar a convertirse en el nuevo talón de Aquiles del equipo, al menos durante la primera parte de la temporada. Sólo queda esperar para saber si los hombres de sir Frank Williams logran corregir rápidamente este nuevo problema —que es menos grave que el del año pasado con la fiabilidad del motor— y la escudería inglesa hace realidad en 2002 su ansiado sueño de regresar a la gloria.