Especiales Semana

Ángela Restrepo

La científica de los hongos, hizo parte de la Misión de Sabios de 1994. Una de las formadoras de hombres de ciencia más destacadas en el país.

Lisbeth Fog*
3 de diciembre de 2005

En vísperas de cumplir sus 74 años, Ángela Restrepo Moreno, experta en un hongo con nombre impronunciable, se dirige todas las mañanas a la Pontificia Universidad Bolivariana de Medellín a encontrarse con sus alumnos. La escuchan con atención para absorber todo lo que tiene que decir. Nunca terminaría. Nació en Medellín, estudió tecnología médica en el Colegio Mayor de Antioquia y luego viajó a la Universidad de Tulane, en Estados Unidos, a realizar maestría y doctorado en microbiología, con énfasis en micología, la ciencia que estudia los hongos. Desde 1958 la sedujo el Paracoccidioides brasiliensis. Lo conoció cuando hacía prácticas en la facultad de medicina de la Universidad de Antioquia en un par de pacientes afectados por el hongo. Este microorganismo produce la paracoccidioidomicosis. Sólo se conocen casos en América Latina, principalmente en Brasil, Venezuela, Colombia y Ecuador. Sus víctimas son principalmente hombres adultos dedicados a la agricultura. Las mujeres también se infectan, pero no desarrollan la enfermedad. Su estudio es apasionante porque se trata de un hongo "avispado", como ella misma lo define, al explicar su astucia para no dejarse descubrir en el organismo humano. Pese a ello, ha llegado a conocerlo como a la palma de su propia mano: "Es la persona que más sabe en el mundo de este hongo", dice la subdirectora de investigación del Instituto Nacional de Salud, Elizabeth Castañeda. Este logro tiene dos explicaciones: un trabajo consagrado, que no sabe de horarios, y un trabajo en equipo. Con los investigadores que ha formado estudia los aspectos clínico, epidemiológico y ecológico, así como los métodos de diagnóstico. "Todo lo que sabemos es gracias a ellos", dice la doctora Ángela, dándoles a sus estudiantes todo el crédito. Fueron ella y el investigador William Rojas quienes diseñaron, crearon, montaron y pusieron a funcionar la Corporación para Investigaciones Biológicas (CIB) desde entonces, uno de los centros de investigación de excelencia del país. "Ella ha sido esencial en la formación de las nuevas generaciones de investigadores del país", según Jaime Restrepo, su actual director. Quienes la conocen destacan su generosidad para servir a los pacientes, a sus colegas, a la ciencia, al país. No es gratis que haya sido la única mujer que participó en la Misión de Sabios, en 1994, y que haya recibido destacados premios por parte de la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia (CCA) y de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, entre otros reconocimientos. No solamente "está ahí" para quienes tienen inquietudes científicas, sino que está dispuesta a revisar presentaciones de investigadores colombianos en congresos internacionales, a evaluar trabajos de investigación, a debatir en comités científicos. "Es una de esas personas que uno no se encuentra frecuentemente en la vida", dice el investigador Fernando de la Hoz, jefe del programa de ciencia y tecnología de la salud de Colciencias.