Especiales Semana

ANIVERSARIO

10 de junio de 1991

SEMANA A SEMANA
SILENCIOSO, CON PASO APRESURADO Y FIRME Alberto Lleras Camargo llegó al viejo edificio de lá carrera 9a. con calle 11. Al subir a su oficina, en el quinto piso, colgó del perchero sombrero y abrigo, y se sentó a escribir.
Tres meses antes había entregado el mando a Mariano Ospina Pérez. Ahora, lejos de la aureola de protocolo y formalidad que rodea a los presidentes, retornaba al oficio de periodista. Y desde allí pretendía onalizar cada jugada en el acontecer nacional e internacional .
Palabra por palabra, y con ayuda de un pequeño grupo de periodistas y amigos, Lleras comenzó a tejer una nueva publicación que no fuera ni política, ni doctrinaria, ni literaria.
Inquieto, hábil y profundamente inteligente, Lleras percibía en el ciudadano común un exceso de información que, contrario a lo que podria pensarse, lo desinformaba cada vez más.
El presidente se resistía a la idea de que en Colombia no existiera una revista en la que se explicar al lector el final de los acontecimientos.