Especiales Semana

ANTIOQUIA

17 de abril de 1989

HECHOS EN MEDELLIN
En noviembre pasado, a finales, el país empezó a saber de una campaña con olor a Antioquia nueva, pero con el sabor de esa tierra antigua, legendaria, imprescindible.
Entonces la televisión dio paso al mensaje y los "sellitos" de "Hecho en Medellín" empezaron a verse y a imponerse visual y mentalmente.
La campaña se concibió como la necesidad de un pueblo de no dejarse apabullar por una mala imagen otorgada por el narcotráfico y la violencia. Buscar un equilibrio, como quien dice, entre la realidad cruda de la brutalidad y la realidad también existente de los creadores de vida, de progreso.
Se sigue tratando de eso, según Ramiro Valencia Cossio, el secretario general de la Alcaldía de Medellín y uno de los inspiradores y más entusiastas promotores de la campaña. "De hacer ver a la opinión pública que en Medellín hay otros muchos hechos positivos, importantes, vitales para el desarrollo de la ciudad, del departamento y del país, que no es justo que se ignoren en beneficio de los espacios generosos que reciben las malas noticias ".
De esta manera -bajo esta filosofía- los colombianos han estado ¡por fin! sabiendo de Medellín otras cosas: que la industria no se postra ante las adversidades y crecen las exportaciones (ver artículo en este mismo especial), que la gente no se deja apabullar por la mala gente que la ciencia antioqueña aporta verdaderos hitos al país, que en servicios públicos Medellín tiene niveles de grandes capitales, que en el aspecto cultural, la capital antioqueña se destaca por la proliferación de actividades de todo tipo. Y, así: hechos que demuestran una pujanza y una absoluta incapacidad para claudicar.
Movidos quizás por malos entendidos, a la campaña "Hecho en Medellín" le han caído contradictores y malquerientes. Pero el principio de la campaña (mostrar que la realidad positiva de la ciudad existe y mucho), sigue intacto.
Tal como lo dijera uno de los promotores de la campaña: "Es absolutamente legítima la defensa que los medellinenses hacen de sus valores y de sus esfuerzos... criticar esto equivale a haber criticado la decisión de los alemanes de reconstruir el país y su imagen tras la debacle hitleriana".

SE MUEVEN LAS INDUSTRIAS
La creatividad no se queda quieta. Ya está visto: Antioquia ha pasado a ocupar importante lugar en el concierto de las exportaciones menores y, así, podrían señalarse otros hitos.
Pero es que no se queda quieta ni siquiera la industria tradicional, esa misma que le dio a Antioquia un prestigio y le brindó un desarrollo: la textilera. Al contrario. En los últimos lustros, a pesar de las dificultades financieras y de mercadeo, la industria textil antioqueña ha tenido de frente el reto de renovarse para no morir. Y se ha logrado. Tanto se ha logrado que actualmente, tras largos túneles de crisis, la industria textilera levanta la cabeza, muestra cifras de crecimiento asombroso y de diversificación de mercadeo.
La búsqueda permanente de nuevas alternativas para el crecimiento ha llevado al sector, por ejemplo, a invertir sus expectativas, sus esperanzas y buena parte de sus presupuestos, hacia una industria de la confección que ha hecho de Medellín un verdadero centro nacional.

La tarjeta de moda
Aparte de esos esfuerzos, el sector ha hecho otros, ligados de lleno a la creatividad del mercadeo.
Hoy, por ejemplo, como resultado de varios años de investigación, está viendo la luz una idea novísima: una tarjeta de crédito que financia exclusivamente las compras en el sector textil y de la confección: la tarjeta colombiana de Coltefinanciera S.A.
Las consecuencias de esta innovación en el comercio organizado serán apreciables. A mayores compras por parte del consumidor, mayor rotación de inventarios en los almacenes. Con esto, la posibilidad de incrementar las exportaciones y por lo tanto generar mayores ingresos y divisas al país. También, al presentarse un sistema de crédito que esté alimentando al sector, se asegura y se genera empleo.
A este servicio se pueden afiliar todos los almacenes que tengan como única línea el vestuario, y todas las personas tendrán acceso con sólo llenar una solicitud. Funciona como cualquier tarjeta de crédito: no tiene cuota de manejo y los cupos pueden ser diferidos hasta doce meses.
Juan Enricue Richard Soto, gerente de la tarjeta de crédito, afirma que la tarjeta ha tenido gran acogida, y ya hay más de 300 solicitudes entre almacenes y personas.
En abril comenzará a funcionar la tarjeta de crédito, inicialmente en Medellín, en junio en Bogotá y al final del año, la tendrán las nueve ciudades en que funciona Coltefinanciera S.A.: Barranquilla, Cúcuta, Bucaramanga, Bogotá, Medellín, Cali, Armenia, Ibagué y Pereira.
Así, la tarjeta de crédito de Coltefinanciera primera en su género, agilizará el comercio y buscará solucionar, en parte, la falta de liquidez en el sector de la confección.