Especiales Semana

ARQUITECTURA Y URBANISMO

19 de abril de 1993

Cartagena: de heroica a heroína
Secretos tallados en piedra
LOS TURISTAS QUE INTENTAN RECORRER sin interrupción los baluartes y las cortinas en piedra que encierran el Centro Histórico de Cartagena de Indias se encuentran con una muralla infranqueable.
A diferencia de las demás, no es de arena traída de las canteras de Tierrabomba, Albornoz, Caimán o Barú, y tampoco fue construida por esclavos y artesanos entre los siglos XVI y XVIII. Este muro, tropiezo u obstáculo, es un poco menos antiguo, igualmente sólido, pero intangible. Es la total ausencia de un plan de manejo del espacio público y su correspondiente infraestructura.
Enl984 La Heroica fue declarada Patrimonio Histórico de la Humanidad. Sin embargo en ella es imposible un tranquilo paseo a pie para encontrarse con las riquezas castrenses de la Colombia colonial. A las siete puertas abiertas en las murallas en esa época se suman hoy seis más para los ires y venires de 1.700 vehículos diarios en promedio. Y no existe un solo refugio a la sombra para descansar del sol y el calor antes de terminar el circuito.
Además, tramos enteros de esos silenciosos gigantes fueron derribados por higiene a finales del siglo pasado, pues el moho estaba afectándolo todo. Pero nadie pensó en la causa: la humedad es muy difícil de manejar sin vegetación y esta, de lustros atrás, escasea en el Corralito de Piedra.
La situación no cambió mucho con la creación, en 1924, de la Sociedad de Mejoras Públicas que se hizo cargo de las fortalezas,pues los programas de recuperación de esta siguen siendo bien puntuales.
No hay una red de primeros auxilios, información, guías, señalización y otros servicios básicos y con casi 100 años de paz, las murallas simplemente están allí. Solas. Heroicas, pero nunca heroínas vestidas con sus mejores galas para recibir a los visitantes.
Por todo lo anterior, la Alcaldía Mayor de Cartagena de Indias, el Fondo de Inmuebles Nacionales, Colcultura, la Comisión V Centenario, la Agencia Española de Cooperación Internacional y la Sociedad Estatal V Centenario, también de España, buscan un programa integral de recuperación en la zona.
Este concurso público de ideas se denomina "Rehabilitación del patrimonio cultural de las murallas de Cartagena de Indias y su área de influencia". De los arquitectos que decidan participarse espera creatividad anclada al entorno cartagenero; de ninguna manera utopías urbanas ni restauraciones únicamente técnicas o paisajísticas. Hay que aprovechar los usos formales e informales que vienen dándose en el área. Por ejemplo, algunas actividades relacionadas con el Festival de Música del Caribe, el de Cine y el Reinado Nacional de la Belleza. Y se puede diseñar el espacio público en plazas y playones con un aire ecolóqico.
Las bases del concurso están a la venta hasta el primero de abril, en las 26 regionales de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, entidad coordinadora. Y el 2 del mismo mes los participantes deberán recorrer en grupo el área de intervención.
Todas las ideas deben presentarse en cinco planchas montadas sobre cartón paja de 1OO por 70 centímetros y, ganen o no, seguirán siendo propiedad intelectual de sus autores. El 27 de mayo se conocerá el nombre del arquitecto o la firma triunfadora.

Secretos tallados en piedra
POR QUE ESPAÑA ELIGIO A CARTAGENA de Indias para invertir tanto tiempo, esfuerzo y recursos en defensa si no era un puerto con grandes tesoros? ¿Por qué baluartes, plataformas, baterías, y hasta el Castillo de San Felipe de Barajas en una ciudad que, según parece, no era el destino final de los barcos que transportaban las riquezas de América? Las respuestas están en "Las Fortificaciones de Cartagena de Indias" del senador barranquillero Rodolfo Segovia Salas.
Más que un libro, este es un documento -83 páginas, incluyendo el glosario que ha merecido desde que apareció hace 12 años, cuatro reediciones. Es que esta lleno de datos curiosos, mapas de época que cubren dos siglos y medio de construcciones, diagramas, fotografías y, ante todo, lo que el autor llama "el exámen de las ideas estratégicas y las tácticas que dieron vida a los fuertes y a las murallas".
Cartagena fue convertida en fortín porque allí permanecían largos meses la Flota de los Galeones y la Armada de los Galeones, las únicas dos naves que a mediados del siglo XVI viajaban anualmente a América, ya que España prohibió al resto de países europeos el comercio con sus territorios de ultramar.
Es cierto que el destino del primero de esos convoys era Veracruz, que la Armada de los Galeones se dirigía a Portobello, y que al regreso los dos deberían encontrarse en La Habana. Pero Cartagena siempre fue escala obligada, tanto de ida como de vuelta, incluso cuando los Borbones suspendieron el monopolio con las colonias. Así lo explica Rodolfo Segovia en las primeras páginas de este homenaje a "La llave de las Indias del Perú", como también llama a la ciudad.
Inmediatamente después presenta el propósito que ha dado vida a las fortificaciones por siglos: "Cómo hacer que unos pocos puedan resistir el ataque de muchos", y aclara que en Cartagena la resistencia de los sitiados fue siempre sinónimo de dilación. Entre más se retarde el ingreso de los sitiadores hasta un lugar en donde puedan ubicar su artillería -el amplio valle frente al cerro de San Lazaro, donde se construyó el mencionado castillo, por ejemplo-, mas estragos harán el clima tropical y enfermedades como la fiebre amarilla.
Con la ayuda de ese y otros secretos en el milenario arte de la guerra, el autor va relatando cronológicamente cómo se amuralló primero Bocagrande, luego Bocachica y, por último, la Isla de Calamarí, considerada hoy verdadero "centro" histórico de la zona.
¿La primera fortaleza? San Matías, en Punta de Icacos, Bocagrande. Hoy desaparecida. ¿Los más importantes protagonistas de toda la historia? Bautista Antonelli, diseñador del recinto amurallado en la isla principal; Antonio de Arévalo, quien construyó el malecón (hoy escollera) en Bocaqrande, y el gobernador Francisco de Murga en el siglo XVII, por su interés en las fortificaciones.
Y ellas, poco o nada tienen que ver con las del medioevo. Son más bajas para ofrecer menor blanco y tienen baluartes (superficies en angulo) para defender con fuego cruzado las cortinas (superficies planas).
Así aparecen en este testimonio, a lo largo de tres capítulos y un epílogo titulado "Los Ausentes", donde aparecen apuntes cargados de ironía: "En 1914 se inaugura el Canal de Panamá (...) El Gobierno Nacional, consciente de la importancia que va a adquirir el comercio por el pacífico contrata a la firma inglesa G. Pearson para sanear a Buenaventura. Cartagena se agita y obtiene que dos ingenieros de la docta misión se trasladen a la ciudad. Entre sus numerosas recomendaciones está la de completar la desecación de la Maturna y la de demoler las cortinas y baluartes adyacentes..."
Definitivamente, hay que leer esta singular cartilla de historia colombiana, editada por Tercer Mundo.