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Bogotá cojeó, pero llegó

Carolina Gómez, la candidata de la capital, se sobrepuso a una lesión de rodilla para ganar el título en Cartagena

13 de diciembre de 1993

Bogotá cojeó, pero llegó
CAROLINA GOMEZ CORREA, UNA HERMOSA jovencita de 19 años,la más sardina de las 29 candidatas departamentales que este año se dieron cita en Cartagena, quien nació en Cali y representó a Bogotá en el Concurso Nacional de Belleza, se convirtió en la medianoche del lunes pasado en la nueva Señorita Colombia. De manos de Paula Andrea Betancurt recibió la corona y el cetro, y partir de ese momento inició su reinado que se prolongará durante los próximos 365 días y que en mayo de 1994 la llevará a Manila (Filipinas) al concurso de Miss Universo, certamen en el cual las dos últimas señoritas Colombia -Paola Turbay y Paula Andrea Betancurt- lograron el virreinato.
Pero habrá tiempo de sobra para que la nueva soberana de la belleza se prepare para afrontar ese reto. Y mientras llega la hora cero, la nueva reina de la belleza dio rienda suelta a la celebración de su título, el quinto que consigue Bogotá y el segundo con apenas un año de intervalo. El nombre de Carolina Gómez se une ahora al de Paola Turbay; las hermanas Shirley, Julie Pauline Sáenz y María Helena Reyes. Ellas en su momento conquistaron la corona de Cartagena para la capital de la República.
Cuando Carolina Gómez escuchó su nombre en el auditorio del Centro de Convenciones, no pudo contener su emoción. Las lágrimas afloraron. Fue un premio al esfuerzo, a la constancia y a los largos y duros días de preparación. Pero quizá los últimos 15 días fueron los más difíciles. Fue una carrera contra el reloj en busca de la corona. Y en ese ajetreo, tropezó, en uno de los ensayos en el auditorio Getsemaní, con la candidata de Boyacá, Sonia Luz Galeano y se lastimó su rodilla derecha. Al principio se pensó que era una simple dolencia, pero el médico que la examinó dictaminó que se trataba de una lesión delicada. Hasta tal punto que el caso llegó a manos del jefe de traumatología de la Base Naval, quien diagnosticó desgaste de la rótula, lesión ocasionada por el uso de zapatos de plataforma con más de 12 centímetros de tacón.
El galeno le ordenó infiltraciones y descanso absoluto. Un tratamiento imposible de cumplir en un concurso que marcha a 200 kilómetros por hora y en el que no se puede perder un solo segundo. Entonces pudieron más sus ganas de ser reina que las recomendaciones del médico. Cuando Carolina Gómez estaba en el hotel, se movilizaba en una silla de ruedas. Y cuando asistía a los desfiles en los clubes y a los ensayos en el Centro de Convenciones, usaba muletas, pues su rodilla estaba innovilizada con una venda. Sinembargo, una vez se subía a la pasarela desaparecían las muletas y los vendajes. Al finalizar su presentación, el dolor estaba a punto de vencerla. Sus colaboradores le colocaban de nuevo las vendas, se apoyaba en las muletas y la llevaban de regreso al hotel, donde la esperaban las inyecciones y la silla de ruedas.
Todo ese esfuerzo fue premiado con un título que este año no tuvo grandes favoritas y en el que ninguna de las participantes descrestó por su belleza. Fue el escándalo el que se robó las primeras páginas de los periódicos, pues la telenovela que protagonizó la candidata del Amazonas, Catherine Sánchez, alcanzó para todo. Nunca antes en sus 60 años de existencia, el concurso había afrontado una situación tan difícil y delicada. Pero, al final, se logró salir del bochornoso episodio y el certamen retornó a una completa calma.

ABRIENDO CAMINO
Fue en ese momento cuando se inició en serio la pelea por el título. Esta empezó en el desfile privado de traje de baño. En el Claustro de las Animas se libró ese primer asalto. Y el abanico de favoritas comenzó a agitarse. Las primeras sobresalir fueron las representantes de Bogotá, Carolina Gómez; Antioquia, Alexandra Betancur; Chocó, Aura Serna Mosquera, y Córdoba, Deyanira Heilbron. Ese día las candidatas de Valle, Diana Isabel Romero y Risaralda, Elsy Jeaneth Hoyos, mostraron que también podían dar la pelea; pero por encima de ellas se colocaron Caldas, Adriana Hernández, y Vichada, Luz Adriana Ruíz Jaramillo Después la competencia las llevó por una infinidad de desfiles en los clubes privados, donde cada una trató de demostrar que tenía los méritos para lucir la corona nacional. Y en esos ires y venires las favoritas se mantuvieron. Repuntaron Valle y Risaralda, mientras que Caldas y Vichada comenzaron a perder terreno.
La hora de la verdad llegó el sábado pasado, cuando las 29 concursantes enfrentaron su máxima prueba: la entrevista con el jurado calificador. Ese día cada una se jugó su mejor carta. En la tarde tuvieron que enfrentar otra prueba de fuego: el desfile oficial en traje de baño. Y después de haber recorrido 12 de los 14 días del programa oficial, las cuentas estaban más claras que nunca. Sin duda, Antioquia y Bogotá le tomaron ventaja al resto de sus competidoras. Y comenzaron un cerrado duelo por la corona. Ya en los jardines del Claustro, Carolina Gómez y Alexandra Betancur dejaron en claro que una de ellas dos sería la nueva soberana de la belleza.
Con las cartas sobre la mesa llegó el gran día. Y en el auditorio del Centro de Convenciones de Indias cada una de ellas sacó. Durante el desfile en vestido de baño posaron para las cámaras de televisión, y los 1.700 asistentes, incluído el jurado calificador. Cuando el computador totalizó el voto de los cinco jurados, Antioquia puso un puntaje muy alto: 9.85, difícil de remontar en una prueba tan exigente. Luego apareció Córdoba, quien al final logró igualar el puntaje alcanzado por la antioqueña. Unos minutos después el turno fue para Chocó, que aprovechó su experiencia en pasarela como modelo para lograr una buena puntuación y se colocó muy cerca de sus dos competidoras con 9.73.
La tensión aumentaba en el Centro de Convenciones. Las barras no paraban de animar a sus favoritas. Los minutos eran eternos y, cuando apareció la candidata de Risaralda, obtuvo un puntaje de 9.66. Hasta ahí las diferencias eran de milésimas. Pero hizo su aparición Carolina Gómez, de Bogotá, quien al finalizar su recorrido evidenció que el camino hacia la corona empezaba a tener nombre propio.El puntaje que le otorgó el jurado fue 9.96 sobre 10. Carolina Gómez tenía ya prácticamente el cetro en sus manos.
Con el desfile en traje de gala las cosas no cambiaron mucho. La antioqueña tenía un vestido elaborado en terciopelo francés, bordado en la parte superior y que demarcaba perfectamente su silueta. A su vez, la bogotana lució un vestido plateado, con corte de sirena, totalmente ceñido al cuerpo. Y si en el desfile de baño alcanzó un superpuntaje, en el de gala rebosó la copa: 9.98. Durante este desfile quizá Córdoba fue la única que cedió terreno. El vestido que lució no le gustó para nada al jurado, que apenas le dio un puntaje de 9.30. Cinco puntos por debajo del que le había entregado en el traje de baño. Chocó, Valle y Risaralda se mantuvieron en su condición de favoritas.

LA HORA CERO
A las 11:20 de la noche, el jurado dio a conocer el nombre de las cinco finalistas. No hubo sorpresas ni lamentaciones por parte de las barras. La suerte ya estaba echada.
La primera en anunciarse fue la tercera princesa: Diana Isabel Romero,una joven de 21 años, estudiante de quinto semestre de sicología, que domina el inglés, deportista por excelencia y que tiene como hobby tocar flauta. La corona de la segunda princesa fue para Elsy Jeaneth Hoyos, la candidata de Risaralda. Se ganó el título a pulso. Inteligente y extrovertida. Es modelo profesional, trabajo que combina con sus estudios de ingeniería industrial.
La primera princesa fue Aura Serna Mosquera, una mujer de color, quien en los momentos difíciles lloró más de una vez. Cursa tercer semestre de diseño de modas. Es modelo profesional, maneja con mucha experiencia la pasarela y en Cartagena aprovechó esta condición para alcanzar los puntos que la llevaron a su corona de primera princesa.

QUIEN ES LA VIRREINA?
Alexandra Betancur acarició la corona de Señorita Colombia. Para muchos el título lo perdió por su timidez que a veces rayó en antipatía. En la entrevista privada con el jurado no estuvo muy bien. Muy nerviosa, sus respuestas fueron confusas. A su favor tuvo un espectacular cuerpo; sus piernas fueron las mejores de este reinado. Tiene 20 años y lleva adelante el quinto semestre de Administración de Empresas Turísticas. Lideró la campaña "Antioquia, te veo bien", que fue lanzada con bombo y platillos en Cartagena. Su comitiva, la más grande que fue este año al Corralito de Piedra, estuvo encabezada por el gobernador de Antioquia, Juan Gómez Martínez, y el alcalde de Medellín. Alexandra llevará la representación de Colombia en el concurso de Miss Internacional, que tendrá como sede a Japón.

EL SHOW
El espectáculo que montó RCN para el cubrimiento del Concurso Nacional de Belleza fue por lo alto. Carlos Vives fue la gran sensación en el desfile de vestido de baño. En el Claustro de las Animas demostró por qué es el mejor y por que ha vendido cerca de 400 mil copias de su último disco. El otro invitado fue el puertorriqueño Chayanne, hoy por hoy el mejor baladista pop en América Latina y con una gran proyección internacional. En la noche de velada de coronación se ganó a los asistentes al auditorio del Centro de Convenciones, quienes se levantaron de sus sillas y no pararon de bailar.
Pero no solo fueron Vives y Chayanne los aciertos de RCN. Este año,para acompañar a Pilar Castaño en la animación de la velada de coronación y en las otras transmisiones en directo, contrataron a Fernando González Pacheco. Y aquí tampoco hubo pierde. Los dos, con su experiencia y sus originales apuntes, le pusieron la pimienta suficiente a un programa de casi cuatro horas, en el que todo transcurrió muy lentamente.
Hubo buenos y malos comentarios para el montaje y transmisión de la velada. No obstante, una cosa fue lo que apreciaron los asistentes al auditorio y otra muy distinta la que vieron los televidentes. Este año la escenografía -de gran calidad- fue, al igual que la coreografía, un homenaje a los deportistas colombianos que tantos triunfos le han dado al país.
El espectáculo bailable, de ocho minutos, en el que participaron todas las reinas, fue por momentos pobre. A pesar de los agotadores y prolongados ensayos, no lograron coordinar del todo. El manejo de producción y cámaras tuvo también algunos altibajos, lo que hizo que, de nuevo, los televidentes se perdieran de muchas cosas que solo pudieron apreciar los asistentes al Centro de Convenciones. Por ejemplo, en la presentación de Chayanne, los bailarines no fueron debidamente captados por las cámaras y la bruma del escenario casi nunca dejó ver al cantante. Sin embargo, el ritmo general de la transmisión fue más intenso en esta oportunidad y por ello mismo captó la atención de los telespectadores que en años pasados llegaban a veces a bostezar por la lentitud en el desarrollo del programa.
En todo caso, por más que sean muchos los ajustes que todavía pueden hacérsele a la gigantesca producción,la verdad es que a RCN se le notó que tiró la casa por la ventana, y que eso es algo que los televidentes han comenzado a apreciar.
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