Especiales Semana

CAJA DE PANDORA

Aunque el dólar es una inversión arriesgada por su gran sensibilidad al entorno, lo mas probable es que continúe con su tendencia al alza.

26 de febrero de 1996


LUEGO DE SER EL PATITO feo entre las opciones de inversión durante tres largos años, el A,lar se convirtió en un verdadero milagro en 1995. Quienes se arriesgaron a comprar verdes a comienzos del año, aumentaron sustancialmente sus recursos, y esa senda no parece tener grandes variaciones, pues la escalada del dolar continúa.
Los dólares siempre han estado en la mente de cualquier colombiano. Algunos recuerdan cuando guardaban dólares como alternativa de ahorro en las épocas en que existía el sistema de devaluación 'gota a gota, y el gobierno fijaba diariamente el aumento del dólar de acuerdo con la política establecida. Otros sufren porque creen que el aumento de los precios en Colombia se debe a la devaluación. Los especuladores tratan de obtener utilidades ocasionales comprando y vendiendo dólares, aprovechando las subidas y bajadas de su diarias de su precio ahora que existe un mercado libre, regido por la oferta y la demanda.
Pero aunque para muchos el dólar ha sido la gallina de los huevos de oro en los últimos meses, la historia ha sido distinta para aquellos que tienen deudas en dólares y cada cierto tiempo deben comprar y vender grandes montos, por exportar o importar bienes o servicios. Para ellos, el dólar es una gran preocupación, pues su variación puede implicar grandes pérdidas o grandes ganancias.
Y es que durante 1995 nadie sabía cuál era la apuesta más acertada entre prever que el dólar iba a subir y pensar que iba a bajar. De hecho, aunque las autoridades monetarias habian planteado una nueva devaluación del 13 por ciento, es decir que el dólar debería ascender a más o menos 940 pesos, el incremento del valor de la divisa llegó al 18,8 por ciento.
Lo que ocurrió, en parte, es que la Junta del Banco de la República flexibilizó su idea inicial, y con objetivo de apoyar su política económica permitió que la cotización del dólar llegara en diciembre de 1995 a algo menos de 1.000 pesos, y de hecho lo logró. Incluso, en los primeros dias de este año ya superó con creces la meta.
La cotización del dólar se mantuvo casi todo el tiempo durante el segundo semestre de 1995 en el tope máximo de la banda cambiaria, y la Junta del Emisor tuvo que salir varias veces a intervenir el mercado vendiendo dólares. Pero más allá de las intenciones oficiales, algo que presionó definitivamente el alza fue la incertidumbre política que se presentó en el pais, a raiz de los diversos hechos relacionados con el proceso 8.000 y las acusaciones sobre ingreso de dineros del narcotráfico a la campaña del presidente Ernesto Samper. Si a eso se une el hecho de que los exportadores quisieron aprovechar la coyuntura para demorar los reintegros de divisas y asi obtener un mayor beneficio al vender, el panorama no era el más propicio como para esperar una descolgada de los verdes.
La crisis politica continúa, pero la Junta tiene una estrategia bien definida. Segun sus cálculos, la devaluación en 1996 deberá ser del 14 al 18 por ciento anual, y para lograrlo buscará que la cotización a lo largo del año no supere la banda cambiaria. En otras palabras, el Banco intentará sostener la tasa de cambio, pero no bajarla a la parte media del corredor, porque estaria gastando cartuchos con pólvora mojada, o sea, gastándose las reservas internacio- nales innecesariamente. Pero lo más grave, sin duda, seria que la Junta dejara la cotización trepar libremente al techo de la banda. En ese caso, la sensación seria de panico y se estarían afectando variables macroeconómicas importantes. Sin embargo, esta es una posibilidad remota, pues el país cuenta con un stock de reservas internacionales suficiente como para compensar la demanda, incluso la que se generaría por una salida masiva de inversión extranjera de portafolio.
Además, el flujo de caja de los proyectos petroleros está aumentando gradualmente, lo que se convierte en un respaldo en el mediano y largo plazo para apuntalar la cotización del dólar de acuerdo con los propósitos económicos perseguidos.
Sin embargo, si el ambiente político sigue tan enrarecido como está ahora, la Junta podría convertir en cotidiana la costumbre de intervenir el mercado con grandes sumas de dinero para evitar una mayor devaluación, phes si algo ha quedado en claro después de tantos meses de incertidumbre es que la divisa es muy sensible a las circunstancias políticas.
Pero si las cosas son así, es obvio preguntar ¿dónde está el negocio? Eso depende de cada quien. Los especuladores seguirán comprando y vendiendo a la vista para obtener ganancias en las fluctuaciones diarias de la divisa, mientras que otros comprarán o venderán dólares en el momento que lo requieran, pero siempre deberán estar cubiertos con contratos de futuros o manteniendo una inversión adecuada en dólares como parte de su capital de trahsia nara cubrirse ante una revaluación o una devaluación acentuada. Lo importante es no perder la calma en la negociación diaria del dólar y mirar siempre el corredor monetario establecido por la Junta del Banco de la República.
Pero aunque auienes le apostaron al dólar el año pasado lograron el milagrito de tener grandes ganancias, los verdes no dejan de ser una inversión arriesgada más aún para el ahorrador común, pues en atra tornativas optendrían un mayor rendimiento sin tener que colgarse de las paredes al son de la tasa de cambio.