Especiales Semana

CARMEN, LA MAMA GRANDE

Una catalana, Carmen Balcells, es la celosa agente literaria de Gabo y otros grandes.

10 de abril de 1989

Dicen que el primer negocio que Carmen Balcells hizo con Gabriel García Márquez, fue por mil dólares, suma correspondiente a los derechos de "Los funerales de la mama grande" y 'El coronel no tiene quien le escriba". Eso fue antes de la aparición de "Cien años de soledad" en 1967, desde cuando han ocurrido muchas cosas, incluyendo el Nobel.
Durante las últimas semanas -dicen--las transacciones que hace esta mujer catalana y enérgica con las 22 editoriales del mundo que publican "El general en su laberinto", se acercan a los 10 millones de dólares. Como buena catalana, detesta hablar de dinero con los demás y por eso se enojó con Le Monde y otras publicaciones que siguen insistiendo en esa cifra mágica.

La llaman Carmen, nada más, y en el mundo editorial ya se sabe quién es y los escritores la adoran porque es capaz de defenderles diez dólares en un contrato sobre derechos para televisión. Algunos editores la detestan o cuando menos le temen, porque se les enfrenta en Barcelona, Nueva York, Bogotá, México o cualquier ciudad del mundo.

Pocas agentes literarias tienen una nómina de autores como ella: García Márquez, Vargas Llosa, Cabrera Infante, Fuentes, Onetti, Juan y Luis Goytisolo, Camilo José Cela, Vásquez Montalbán, Juan Marsé, Eduardo Mendoza, Isabel Allende, Pablo Neruda, Vicente Aleixandre, Cortázar, por supuesto, y también Graham Greene, John Le Carré y Alvaro Mutis... La tesis de Carmen es simple y hasta poética: "Vendo el producto más delicado de la tierra: las palabras". Y por eso se molesta cuando le hablan de millones y dice: "No es que yo pida determinada cantidad de dinero. Se trata de una estimación global por el conjunto de una operacion sobre derechos de autor y si te pones a sumar y sumar te puede dar una suma millonaria".

Tiene 59 años, nació en Lérida, estudió en un colegio de monjas teresianas y en la Escuela de Altos Estudios Mercantiles. Luego entró al negocio editorial donde aprendió las claves de su maestría con Seix Barral y Ediciones 62, al lado de Carlos e Ivonne Barral, y José María Castellet. Se hizo amiga del escritor rumano Vintilia Horia, quien manejaba varios e importantes autores extranjeros y españoles. Cuando Horia se marchó a París después de ganarse el premio Goncourt, Balcells heredó sus escritores. Es que ese oficio no existía en España (actualmente en Colombia se hacen tímidos esfuerzos por montar una agencia literaria), y ella comenzó por donde debía comenzar: vendiendo los derechos de autores latinoamericanos y españoles en otros países, en otros idiomas.
Con García Márquez, para muchos su escritor favorito, y el más rentable, se conoció en 1965 durante la época de vacas flacas del colombiano. Esté entendió que era un amor a primera vista. Suya es la frase: "Nunca hablo de dinero con los editores, porque tengo un agente literario que habla por mí mejor que yo. Primero, porque es mujer y después, porque es catalana".

En el mundo editorial internacional, el caso de esta mujer es ejemplar. Fue de los primeros agentes que emprendió la defensa a fondo de su autores, con una cantidad de cláusulas capaz de cubrir cualquier situación futura con los libros. A medida que sus escritores se hacían más famosos y más premiados, crecia la leyenda de los anticipos millonarios que era capaz de conseguir para ellos.

Algunos editores sostienen que ella es culpable de la ruina de algunos sellos, por los jugosos anticipos que tuvieron que pagar para asegurarse la publicación de uno de sus defendidos.
Ella dice: "Las editoriales se arruinan por culpa de los años gestores, no por los adelanlos. Lo que pasa es que no puedo proteger a mis autores y a mi empresa, y al mismo tiempo proteger esas editoriales mal manejadas".

Como no le gusta delegar funciones, trata de hacerlo todo ella misma --a pesar de que a su oficina se presentan más de 100 autores--y en ocasiones algunos autores se quejan de que ella prefiere a los más importantes. Ella responde que "a todos los atiendo, a todos lo mismo por que tenemos excelentes relaciones de amistad. Lo que pasa es que en ocasiones surgen problemas que demandan más tension que los simples asuntos rutinarios" .

Hay otra leyenda, la expresa un escritor: "Si le caes bien a ella como autor, no sólo pelea por tu libro sino que es capaz de ir a tu casa a cocinarte o acompañarte si estás enfermo".

Pero Carmen, la Mama Grande de muchos escritores grandes, es temperamental, tiene poco sentido del humor, es vanidosa como cualquier mujer que se precie de serlo y se mure por la buena mesa. Cuando le dicen que es una mujer importante dice: "Apena soy la peluquera del rey".-

CIFRAS
Con García Márquez, todo es en grande. A partir de la publicación de "Cien años de soledad", se convirtió en el escritor contemporáneo más exitos de habla hispana. Ni hablar de lo que ha ocurrido después de 1982, cuando ganó el Nobel. Ahora es casi imposible saber el número exacto de ediciones que se han hecho de sus obras, pero los colombianos aún recuerdan que con el millón cincuenta mil ejemplares de su "Crónica de una muerte anunciada", se batieron todos los récords en Latinoaméríca.

Después del Nobel vino "El amor en los tiempos del cólera". La editorial Oveja Negra hizo un tiraje inicial de 720 mil ejemplares y un año más tarde realizo una segunda edición de unos 20 mil libros. Ahora, con la aparición de "El general en su laberinto", Oveja Negra acaba de hacer una edición de 750 mil ejemplares que se distribuirán en el Pacto Andino, Panamá, Guatemala, Costa Rica, Republica Dominicana, Puerto Rico y la comunidad hispana de los Estados Unidos. De ese total, 460 mil libros serán vendidos sólo en Colombia. Y si las cifras anteriores parecen impresionar, el dato de que una semana antes del lanzamiento la editorial tuviera colocados en el mercado 688 mil ejemplares es poco menos que apabullante. Todo esto sin contar con que hay una edición para España hecha por Mondadori, una para México que hace Editorial Diana y la que Sudamericana comercializa en los países del Cono Sur. Lo más seguro es que, antes de un año, "El general" esté traducido a la mayoria de los 32 idiomas en que se leen las obras de Gabo, entre los que están el mandarín, el quechua y el afrikaans. Como dato curioso, en estos momentos está lista para salir al mercado la traducción al creole de "El coronel no tiene quien le escriba", para el público haitiano.

En el caso de la edición castellana de "El general", a todo lo anterior hay que sumar el hecho de que, a partir de 1975, el escritor exige que sus libros estén cosidos y no pegados, lo que los convierte prácticamente en ediciones de lujo. El motivo de tal exigencia radica en que en ese año, la edición de "El otoño del patriarca", que salió con sus páginas pegadas, se deshojaba en las manos del lector en un verdadero otoño literario. Según el escritor, el lector merece tener en sus manos un producto de buena calidad, no sólo en lo literario, y por eso de ahi en adelante sus libros vienen cosidos.

Para la edición de "El general", la Oveja Negra ha gastado 270 toneladas de papel elaborado por Cartón de Colombia, que no incluyen ni la pasta dura ni la cubierta. El libro consta de 284 páginas más un mapa con la ruta del último viaje del Libertador y tiene un precio de 3.400 pesos. El diseño de la carátula corrió a cargo de Claudio Arango y su realización de Ediciones El Equilibrista, de México, que dirige Gonzalo García Barcha, hijo del Nobel. Las botas que aparecen en la portada fueron mandadas a hacer con base en unas de la época, y las espuelas si son originales y fueron conseguidas en México. La foto de García Márquez, que aparece en la contraportada, que tomada por su hijo Rodrigo. Antes de llegar a la carátula definitiva, la Oveja Negra realizo siete separaciones de color hasta dar con los tonos definitivos.

En fin, todo es gigantesco. Y no podía ser de otra forma con un hombre que ha mantenido por 36 semanas su "Amor en los tiempos del Cólera" en la lista de los más leídos en los Estados Unidos, y que es el escritor latinoamericano más vendido en Alemania.

CORRECCIONES
Por fin llegó el original de "El general en su laberinto". Luego de estar terminado desde octubre pasado, García Márquez siguió su inveterada costumbre de someterlo al juicio de sus amigos más cercanos, quienes aportaron nuevos datos y algunas precisiones. Así, sólo en marzo la editorial Oveja Negra tuvo en su poder el original definitivo de la obra, que vino en un moderno diskette de compulador. Durante todo un fin de semana, día y noche, media docena de correctores de la casa editorial se enfrentaron a la novela. Durante todo este tiempo estuvieron comunicados via telefax con el escritor. Fuera de algunas erratas, atribuidas al personal encargado de levantar el texto, todo aquello que los correctores colombianos consideraron como error, fue sustentado y mantenido por el escritor. A continuación, SEMANA reproduce uno de los muchos comunicados que durante ese fin de semana Gabo le envió a sus correctores.

Para: los sufridos correctores.
De: Gabo.
Una armazón- Lo uso como femenino, a pesar de las dos aes seguidas, porque me suena más anticuado. He querido darle a todo el relato un tono casi imperceptible de crónica de la época, que ojalá haya logrado sin exageraciones.

Gran Mariscal o general- El problema fue estudiado en su momento y se decidió no unificarlos para hacer alguna distincion entre las menciones solemnes y las que lo son menos.

La fiesta antes de que- Discutible o no, el de después o de después o de antes lo he usado a mi antojo por la muy subjetiva razón del ritmo en la frase. Así que no hay problema: el abuso no es del corrector sino del autor.

Vals o valse- Ambas son correctas: Bolívar decía vals, de acuerdo con su tiempo, y el narrador dice valse de acuerdo con el suyo. Así lo encontrarán en todo el relato.

Otro sí: cualquier adverbio en mente que encuentren por ahí les ruego señalármelo, salvo si es en una cita.

Así mismo les ruego consultarme no sólo las dudas sino también las convicciones.

Muchas gracias, y reciban un abrazo, con mi admiración y mi compasión de siempre, -