Especiales Semana

COLOMBIA Y EL DESAFIO DE LA COMPETITIVIDAD GLOBAL

10 de noviembre de 1997

que los últimos tiempos han sido difíciles para Colombia es algo que pocos podrían disputar. El problema de la droga, unido a la violencia, a la crisis política y las dificultades económicas han afectado profundamente la vida de los colombianos. Indudablemente este conjunto de hechos ha tenido consecuencias negativas en la visión que se tiene del país en el exterior. Y estos hechos oscurecen la percepción sobre los logros que el país puede exhibir en otras áreas.Aceptando la gentil invitación de revista semana, en este artículo abordamos un tema que creemos es de interés para Colombia: el desafío de la competitividad global.Para analizarlo, más que dar nuestra opinión personal, usamos como base el índice de competitividad del Foro Económico Mundial, preparado en conjunto con el Harvard Institute for International Development _Hiid_. Este tiene la ventaja de ser un indicador objetivo, con una metodología común aplicada en más de 50 países. En él se expresan no sólo datos económicos cuantitativos que se recogen de las estadísticas, sino también opiniones de la comunidad empresarial de extranjeros y nacionales que hacen negocios en Colombia. Estas opiniones entregan resultados concluyentes sobre los problemas que ha vivido Colombia en el último tiempo y apuntan al mayor desafío que hoy tiene el país: mejorar la calidad de sus instituciones.
Como se muestra en el cuadro 1, el índice de competitividad global que calcula el Foro Económico Mundial sitúa a Colombia en el lugar 41 para 1997, lo que representa un ligero retroceso respecto del ranking que tenía el país en 1996. A nivel agregado, el cambio puede considerarse como menor. Pero analizando un poco más en profundidad, hay algunos cambios importantes que merecen ser destacados. En primer lugar, este año se han incorporado cuatro países adicionales al ranking, con lo cual Colombia es 41 entre 53, mientras que en 1996 ocupó el lugar 40 entre 49 países. Definitivamente el resultado no es bueno, pero tampoco es para deprimirse. Más bien sirve para sacar lecciones sobre dónde el país resulta mal evaluado, para poder mejorar. El índice ubica claramente a Colombia de la mitad para abajo en el grupo de países analizados y sugiere que hay muchísimo camino que recorrer si el país quiere situarse entre los más competitivos del mundo.
Basado en este indicador, que resume más de 300 variables, Colombia sigue siendo superada por todos los tigres asiáticos (Corea, Honk Kong, Singapur y Taiwan), lo que en alguna forma era de esperarse. También es superada por los que podríamos llamar aspirantes a tigres de Asia (Indonesia, Malasia y Tailandia). En América Latina, por otra parte, hay cuatro países mejor ubicados que Colombia: Chile, que está en el número 13 del ranking, a mucha distancia del resto de la región, México (33), Argentina (37) y Perú (40). Los otros dos países latinoamericanos del ranking se ubican a la zaga de Colombia: Brasil (42) y Venezuela (47). Rusia tiene el dudoso privilegio de ser por segundo año consecutivo el país peor ubicado del ranking. Todos los países de América Latina, excepto Chile, están ubicados de la mediana hacia abajo en el ranking, es decir, más de la mitad de los países incluidos los superan.

La metodología del índice
El índice de competitividad global intenta medir el potencial de crecimiento de un país en el mediano a largo plazo (5 a 10 años) con base en las características de su economía y sus instituciones. Este es el concepto preciso de competitividad que se utiliza. Pero ciertamente, ningún índice, por bien hecho que esté, puede capturar fielmente todos los aspectos de importancia en la competitividad de un país. Y por ello, distintos índices producen resultados también diferentes. Esto no sólo se refiere a la ubicación de un país en el ranking, que casi con seguridad diferirá entre índices diversos. También ocurre respecto de la dirección del movimiento (progreso o retroceso) que el cambio en el ranking señala; así, mientras un ranking puede señalar progreso, es perfectamente posible que otro indique un retroceso.
¿Qué tiene de especial el índice del Foro Económico Mundial? El Foro ya venía calculando un índice global de competitividad por más de una década. Entre 1989 y 1995 el informe se hacía en cooperación con el Institute for Management Development (IMD) de Suiza. El año pasado, sin embargo, el Foro se unió con un grupo de investigadores del Hiid. La idea central fue darle al índice una base más sólida, fundada en la teoría económica y los resultados de la investigación empírica más actualizada. El resultado es un índice global que considera dos factores fundamentales: la situación económica de los países y sus instituciones.Las ocho variables del índiceEl índice global es un promedio ponderado de ocho variables: apertura comercial y financiera, rol del gobierno, desarrollo del mercado financiero, infraestructura, tecnología, gestión empresarial, flexibilidad del mercado laboral y calidad de las instituciones.No todas estas ocho variables tienen el mismo peso en la construcción del índice global, como sería el caso con un promedio aritmético. Se ha dado un peso mayor a cuatro de ellas: apertura, gobierno, mercado financiero y mercado laboral. ¿Cuál es la razón de ello? Simplemente son las que en la investigación académica mejor explican diferencias de crecimiento entre países, trabajando con diferentes muestras de países y en distintos períodos; también son las que presentan una mayor disponibilidad de datos cuantitativos. Infraestructura y tecnología reciben dos tercios de la ponderación de las cuatro primeras, y manejo empresarial e instituciones un tercio.A su vez, cada una de las ocho variables representan un promedio de diversos indicadores. Su construcción reconoce que no todas las variables pueden medirse con base en datos macroeconómicos o microeconómicos cuantitativos, y que hay muchas variables cualitativas de gran importancia. Es por eso que en cada variable hay una parte significativa que corresponde a resultados de encuestas sobre las percepciones de algunos de los principales ejecutivos y empresarios _extranjeros y nacionales_ que trabajan en cada país. Así, cada variable es un promedio ponderado de un indicador cuantitativo y de un índice de los resultados de las encuestas relativo a esa variable.Tomemos, por ejemplo, la variable internacional: la información cuantitativa se refiere _entre otras_ a las tarifas de importación y a la desviación del tipo de cambio real con respecto a su nivel de equilibrio; la variable de la encuesta mide la percepción de los propios ejecutivos que trabajan en Colombia frente a la calidad de la política de promoción de exportaciones, la política cambiaria, el nivel de los aranceles, las barreras paraarancelarias y otras.Instituciones: la mayor debilidad de ColombiaComo todo promedio, la ubicación 41 encierra desempeños bastante diversos en las ocho variables resumen. Colombia es relativamente mejor evaluada en la variable mercado laboral (29) y apertura (34), pero aun en esos dos casos la ubicación está bastante por bajo el promedio de los países analizados.En el otro extremo, Colombia obtiene la calificación más baja en la calidad de sus instituciones, donde ocupa la posición número 53. Esta ubicación es la última entre todos los países que incluye el ranking. Más aún, evidencia un fuerte retroceso desde 1996, cuando el país ocupó el lugar número 44 del ranking en instituciones, superando en esa oportunidad a cinco de los 49 países analizados.Por consideraciones de espacio no podemos analizar en detalle el desempeño de Colombia en cada una de las ocho variables. Nos centramos primero en analizar la variable apertura, donde existen importantes consideraciones que hacer, especialmente en materia cambiaria. Finalmente, cerramos el artículo con un análisis de las instituciones, que es la variable que más perjudica a Colombia y donde existe un enorme campo para avanzar.Como se muestra en el cuadro 1, Colombia ocupa el lugar 34 en apertura, siendo superada en América Latina por Chile y México, pero aventajando a Brasil, Perú y Venezuela. Busquemos las razones en alguno de los principales indicadores que la componen. Esta variable considera el promedio cuantitativo de restricciones a las importaciones (tarifas y cuotas), donde Colombia ocupa el lugar 43. Adicionalmente, en la encuesta, los mismos ejecutivos colombianos y extranjeros que trabajan en el país juzgan que las barreras comerciales son un impedimento serio para la operación de las empresas; éste aparece como un problema más grave que en los otros países latinoamericanos incluidos en el índice.Colombia aparece hacia el final de la lista es en la variable macroeconómica que mide atraso cambiario, donde ocupa el lugar número 50. Además de haber experimentado una significativa apreciación cambiaria desde 1990, los propios ejecutivos de empresas locales y multinacionales consideran que el tipo de cambio no refleja adecuadamente las variables económicas fundamentales del país y perjudica la expansión de las exportaciones. El mensaje es claro: Colombia debe lograr un tipo de cambio real más competitivo. Muchas veces resulta difícil conseguirlo a través del simple expediente de devaluar el tipo de cambio nominal. La solución está en un crecimiento más moderado del gasto fiscal y un mayor ahorro público, mayor apertura externa y, en general, profundización de las reformas económicas. Mejorar la infraestructura, donde Colombia ocupa el lugar 43 del ranking, es otro elemento fundamental en apoyar la competitividad del país por una vía distinta de la cambiaria.Los resultados de la medición de las instituciones corresponden exclusivamente a encuestas, es decir, reflejan estrictamente la opinión de ejecutivos colombianos y extranjeros residentes respecto del país. Y ella es devastadora, como se revela en el cuadro 2 para algunas de las variables de la encuesta en el tema de instituciones. En ningún otro país existe una sensación de inseguridad personal tan grande como en Colombia. Se desconfía totalmente de la policía y se estima que el crimen organizado impone costos enormes en la actividad empresarial. Los hombres de negocios indican también que los pagos irregulares son muy frecuentes, lo que señala un enorme problema de corrupción. Tampoco se confía en que la justicia sea un vehículo efectivo para hacer cumplir los contratos. Por último, se piensa que el estado de las relaciones diplomáticas con el mundo exterior es un impedimento serio a la actividad empresarial en el país.Cualquier observador medianamente imparcial de Colombia no puede sino concordar en que la calidad de sus instituciones, más que la política macroeconómica o la gestión empresarial, es el principal impedimento al desarrollo del país. Este es un problema 'made in Colombia'. Y son los propios colombianos los llamados a resolverlos. Este es probablemente el gran tema pendiente en la agenda del país. Mejorar las instituciones no es sólo un imperativo ético. Como lo muestran los análisis académicos recientes, buenas instituciones son esenciales para un buen desempeño económico. Sin una mejoría radical en la calidad de sus instituciones no va a ser posible que Colombia responda a los enormes desafíos de la competitividad y el desarrollo.
JEFFREY SACHS es uno de los más importantes economistas del mundo. Se desempeña como director del Instituto para el Desarrollo Internacional de Harvard, y es profesor de la misma. Ha sido consejero de importantes asuntos económicos mundiales.

FELIPE LARRAIN es profesor cisitante de estudios latinoamericanos en la Universidad de Harvard. Este importante ecónomista chileno ha sido consejero para los gobiernos de Canadá, Ecuador, México, Perú , entre otros.