Especiales Semana

CONEXIONES INFINITAS

Viajar con cambio de avión cada vez es más práctico. Prueba de ello el nuevo terminal E del aeropuerto Charles de Gaulle, en París.

6 de octubre de 2003

Una de las tendencias más sobresalientes de la aviación comercial, y en particular de las grandes aerolíneas, consiste en consolidar sus aeropuertos base como un eficiente cruce de caminos que permita combinar, en lo posible con un sólo cambio de avión y un tiempo de espera razonable, casi cualquier itinerario. El secreto consiste en coordinar vuelos intercontinentales y regionales, tanto de la misma aerolínea como de sus aliadas estratégicas, y para ello necesitan contar con terminales adaptados a estas nuevas necesidades.

Ciudades como Atlanta (Hartsfield), Dallas-Forth Worth, Chicago (O Hare), Los Angeles (LAX) y Nueva York (JFK), en Estados Unidos, así como Londres (Heathrow, en menor medida Gatwick), Frankfurt, Amsterdam (Schiphol) y París (Charles de Gaulle), en Europa, han convertido sus aeropuertos principales en verdaderos hervideros por donde pasan decenas de millones de pasajeros al año, muchos de los cuales no tienen como destino final esa ciudad.

Cada aerolínea compite en la búsqueda de pasajeros en tránsito y por ese motivo se esfuerzan en mejorar la capacidad y comodidad de los terminales aéreos donde juegan de local.

El aeropuerto París-Charles de Gaulle acaba de dar un nuevo salto. Se trata de su terminal 2E, con el cual se incrementa su capacidad para recibir 10 millones de pasajeros al año, cifra que subirá a 18 millones cuando se incorporen el hall oriental y el satélite S3. Esta obra, que costó 750 millones de euros, está ubicada muy cerca de los terminales A y C, muy cerca de la estación del RER (el tren regional de París) y el TGV (tren de alta velocidad), lo que permite llegar muy rápido tanto a París como a ciudades del norte de Francia (Lille, Calais) y de Europa como Bruselas, Amsterdam y la misma Londres.

Además el terminal E está pensado para que funcione en llave con el terminal F, con una capacidad para recibir y despachar 12 millones de pasajeros al año, y que se especializará en vuelos con destinos a países europeos de la zona Schengen. El complejo E, F y S3 le permitirán al aeropuerto Charles de Gaulle mantenerse como una de las mejores opciones para los viajeros intercontinentales.