Especiales Semana

Contacto con el mundo

A pesar de lo difícil y poco rentable que resulta difundir la cultura en Colombia, algunos se lanzan a la tarea. Ellos se han ganado un lugar en la historia de los medios de comunicación del país.

20 de agosto de 2005

Difundir cultura es, tal vez, una de las tareas más complicadas en un país de debates políticos y conflictos, como Colombia. Pero siempre hay quienes se niegan a tener un país que deje a un lado expresiones humanas desbordadas en el arte y la cultura. SEMANA ha querido dedicar este informe especial a algunos difusores de la cultura que durante años le han permitido al país conocer manifestaciones culturales del mundo entero a través de medios tradicionales como la radio y la prensa culturales, hasta medios más modernos como la televisión y la Internet. Esta primera historia da cuenta de la radio cultural como un medio vital en la difusión de la cultura propia y la foránea.

Hace 72 años, la Universidad de Antioquia sorprendió al país con una emisora de carácter cultural. En un comienzo fue una emisora de onda larga, hecha por aficionados, de una forma muy casera. En 1940, cuando apareció la Radiodifusora Nacional con su programación cultural, ya habían pasado siete años de experiencias construidas a partir del ensayo y error, y la gente ya empezaba a acostumbrarse a oír conciertos y a saber algo de lo que ocurría en el mundo en relación con las artes y la cultura.

El primero de febrero de ese año, el presidente Eduardo Santos inauguró la emisora del Estado "con fines culturales que contribuyera a crear Nación y fuera el modelo de hacer radiodifusión en el país" dice Gabriel Gómez, director de la Radio Nacional. En ese momento, el modelo de radio cultural lo lideraba la BBC de Londres, que buscaba promover las bellas artes y la alta cultura. Modelo que el país seguía, pero pronto la Radiodifusora amplió el concepto. "La definición de alta cultura era lo opuesto al folclor y las expresiones populares, pero la radiodifusora decidió asumir un concepto que abarcara todas las expresiones del ser humano", dice Gómez. Desde entonces se incluyeron programas de folclor como el del maestro Guillermo Abadía, que duró hasta la liquidación de Inravisión y la creación de Radiotelevisión Nacional de Colombia (Rtvc) el año pasado.

La siguiente emisora cultural en aparecer fue la de la Universidad Pontificia Bolivariana en Medellín, en 1948. En ella se formaron figuras tan importantes de la radio cultural como Bernardo Hoyos, que, a pesar de ser abogado de profesión, ha dedicado su vida a la difusión y la promoción de la cultura a través de los medios de comunicación.

El 15 de septiembre de 1950 llegó a la escena radial la Hjck, la primera emisora cultural de carácter privado no institucional en Suramérica. La cabeza de este proyecto -que muchos tildaron de aventurado y loco- fue Álvaro Castaño Castillo, un abogado amante de la cultura que no ejerció su profesión más de 20 días. Hoy lleva más de medio siglo en una tarea de titanes por promover y difundir la cultura a través de la radio. "A mi papá le decían que me había enloquecido. Sabía que una emisora de este tipo no era rentable, pero me dolía ver que la cultura no tenía espacio en la radio comercial.", dice Álvaro Castaño. Mientras los diales estaban a reventar por radionovelas y programas del corazón, la Hjck se le midió a trasmitir radio teatro y música clásica. Poco a poco se fue consolidando el proyecto y, más de medio siglo después, es uno de los emblemas en la historia de la radio cultural en Colombia. Es una emisora vital para la difusión cultural en el país que ha tenido que hacer transformaciones porque el tiempo las demanda. Desde el año pasado no para, transmite las 24 horas y su programación, además de la música clásica, incluye jazz, rock, blues y música del mundo, siempre con el mismo hombre a la cabeza.

Tuvieron que pasar casi 30 años para que volviera a aparecer una emisora cultural que permanece en el tiempo. En 1977 otra universidad le apostó a ampliar la oferta radial a los oyentes que buscan opciones distintas a la radio comercial. Así nació la Emisora Javeriana.

Cali quiso ponerse en sintonía con Bogotá y Medellín que tenían opciones de radio cultural. Por esa razón, la Fundación Carvajal, en cabeza de Amparo Sinisterra, creó la Radio Carvajal en 1979. Logró un cubrimiento de 300 kilómetros. que alcanza a Manizales y Popayán, ciudades que durante años se han beneficiado de su programación cultural.

En 1981, la Universidad Jorge Tadeo Lozano decidió unirse a la baraja y solicitó al Ministerio la licencia de funcionamiento. Dos años después, con la licencia en la mano, empezó a hacer emisiones de prueba y en 1984 dio vida a la radio Hjut 106.9.

Fue durante la década del 90 cuando la oferta de radio cultural creció con más fuerza. Hasta finales de los 80 existían seis emisoras de programación cultural, hoy el país tiene alrededor de 30, la gran mayoría creadas por las universidades. Además de las casi 500 emisoras comunitarias de banda local que dedican sus emisiones a la cultura y la educación.

Hoy día Colombia es uno de los países del mundo más fuertes en radio cultural. A cualquier hora del día, en decenas de diales se puede ubicar un gran concierto de música clásica, una pieza de ópera o una entrevista con algún importante creador. El país tiene una emisora estatal con 32 estaciones y cerca de 30 emisoras más en todo el territorio. "El país cuenta con una riqueza que nadie en el exterior alcanza a tener. Bogotá, sola, tiene siete emisoras culturales; Medellín, cuatro. Nueva York, por ejemplo, sólo tiene una, y París, dos", dice Bernardo Hoyos, director de la emisora de la Jorge Tadeo Lozano.

En red

En las últimas dos décadas la radio cultural universitaria tomó una fuerza inusitada. Las universidades fueron encontrando en la radio un espacio importante para difundir educación y cultura y empezaron a destinar recursos para la creación de emisoras, número que ha aumentado hasta el día de hoy. El fin de semana pasado, por ejemplo, la Universidad de Antioquia inauguró cinco emisoras más, para cubrir toda la región antioqueña.

Ante el gran crecimiento de la radio universitaria, hace dos años decidieron unirse y crear una red que les permitiera fortalecerse y pujar por la difusión cultural, también para sortear dificultades comunes. Así nació la Red de radio universitaria que comenzó con 18 emisoras asociadas y ya va con 24 de todo el país: las de la Universidad de Antioquia, la de Pamplona, el Quindío, la de Sucre y la de Cauca, la del Norte, la del Valle, la Distrital, la UIS, las de la Javeriana en Bogotá y Cali, la Tadeo, la del Magdalena, la de la Pontificia Bolivariana en Bucaramanga, las dos de la Universidad Nacional, la Pedagógica, la de la Tecnológica de Pereira y la Tecnológica del Chocó.

Aunque cada una maneja su propio perfil y una parrilla particular, las une el carácter cultural de su programación, los objetivos y las dificultades propias de tener emisoras no masivas. Guillermo Gaviria, director de la Emisora Javeriana en Bogotá y coordinador de la Red, dice que uno de los ideales es que las emisoras universitarias se conviertan en una cadena al mejor estilo de cadenas radiales como Caracol y RCN, no en lo comercial, sino que les permita tener una intercomunicación entre todas las emisoras culturales universitarias, intercambiar programas y hacer enlaces en algunas ocasiones. "Queremos que todo el país pueda apreciar la diversidad cultural. Que tenga acceso a una emisora cultural universitaria en Quibdó como a una en Cali. Ahí se encontrará con la diversidad porque las formas de hacer radio son distintas y las temáticas son distintas, cada una tiene que ver con su forma de estar y de ver el mundo".

Los ideales empiezan a tomar forma. El gobierno está desarrollando un proyecto de intercomunicación con red física de todas las radios universitarias del país que se debe concretar este semestre. "El compromiso de la Red universitaria es organizarnos de tal forma que podamos intercomunicarnos entre nosotras en cada región y el gobierno aporta una partida grande para la interconexión entre las regiones, después, con Latinoamérica, de tal suerte que todo el país quede intercomunicado por una red de alta velocidad", dice Gaviria.

Los objetivos de la Red también son de carácter educativo. Hace poco hizo un convenio con el Ministerio de Cultura para crear una serie radial de 30 programas sobre cultura y convivencia. Las universidades de la Red que tenían investigaciones en resolución de conflictos civiles sin intervención del Estado hicieron los programas para transmitir en las emisoras.

La Red les ha permitido a las emisoras culturales universitarias caminar en una misma dirección. Durante el encuentro realizado la semana pasada en Medellín, pusieron sobre la mesa algunos problemas en materia de legislación que les dificultan su labor. El paso siguiente es buscar, entre todas, salidas que les permitan continuar de la mejor forma con la tarea de llevar cultura a todo el país.