Especiales Semana

Cultura de paz

Los habitantes del Meta tienen encendido el espíritu cultural. El arte, la música y el joropo se toman las calles de sus municipios y les devuelven la paz.

21 de abril de 2007

La calidez de su gente y el reconocimiento del folclor, como parte esencial de la cultura, han sido la receta para mantener vivo el amor por el arte en el departamento.

El deseo de mantener vivos los valores autóctonos de sus fiestas tradicionales ha hecho de este lugar un paraíso de música y baile, donde l joropo, como máximo exponente de su folclor, es transmitido de generación en generación con la fidelidad de sus ancestros.

Castilla la Nueva cuenta con una casa de la cultura ubicada en la zona urbana y con una sucursal rural, donde asisten instructores capacitados para trasmitir a la gente los afanosos pasos del baile.

El amor por el folclor se refleja en los 35 eventos de música llanera que se realizan en todo el año y a lo largo y ancho del departamento, todos ellos hacen parte de una programación hecha por el instituto de cultura y apoyada por las distintas alcaldías.

Los niños y los jóvenes son los principales exponentes de estos talentos, desde artes ancestrales como el teatro, la música y el joropo, hasta corrientes más modernas como las artes plásticas, que están en auge gracias a la exposición continua de pintores y escultores locales y extranjeros.

En Villavicencio, la construcción de un nuevo complejo cultural, que incluye el teatro la Vorágine, está tomando fuerza entre los habitantes, que esperan en ascuas el término de esta obra de infraestructura con la que se espera reunir el talento juvenil en un solo sitio.

De acuerdo con José Óscar Páez, secretario de cultura de la Gobernación, el compromiso de las instituciones departamentales y la cercanía con la capital del país han permitido mantenerse en contacto fresco y directo con los avances artísticos, que se viven inicialmente en Bogotá.

Según el informe de gestión de 2006 de la Gobernación, el año pasado se destinaron más de 722 millones en Cultura. Principalmente en labores de capacitación. El proyecto bandera, llamado "arte y cultura para la paz en el Meta", está dirigido a partir de cuatro vértices: promoción de lectura, capacitación para docentes en artes, música, teatro y danza, entre otros, reconocimiento cultural, y apoyo a la niñez y a la juventud en áreas artísticas.

Gracias a la dotación de textos para las 31 bibliotecas municipales y con instrumentos a las orquestas o bandas, muchos estudiantes se han motivado a participar y, según el informe, más de 56.000 personas consultaron las bibliotecas y casi 2.000 de esos visitantes hicieron préstamos externos.

"Con la labor de los talleres permanentes de literatura se creó una camada de nuevos escritores que comienzan a expresar cosas interesantes. El cine argumental genera fascinación y cada día aumenta el auditorio de los teatros", asegura Páez.

El fomento de esta cultura de paz tiene un propósito de reconciliación en los habitantes, que durante años han visto desangrar su región a manos de la violencia, pero ahora, el arte se presenta como un camino para el perdón. La meta es abarcar, en especial, toda la comunidad infantil, para que sientan su realidad de una forma más positiva.