Especiales Semana

DECORACION EN LA CONSTRUCCION

16 de marzo de 1992

TODO A MEDIA LUZ
EXISTE EN EL CAMPO DE LA DECORACION una tradición que nunca se apaga. Con luz propia se mantiene vigente siglo tras siglo con el misterio y encanto de siempre.
Sin fecha exacta de nacimiento, las velas son, hoy en día, un elemento de primer orden cuando de crear ambientes acogedores se trata. Por eso, los decoradores contemporáneos siempre tienen bajo la manga un espacio grande o pequeño para colocar varios de estos elementos en cera.
Pero la labor de estos diseñadores sería imposible si la producción fuera en serie y sin proyección. Por fortuna, en el siglo XX las velas son una industria sólida que permite mantener un liderazgo en el mercado de la decoración.
Hoy la industna de velas, produce una para cada ocasión. Desde las tradicionales velas de cebo hasta las más exóticas. Como quien dice, los genios de lo decoración cuentan con un carrusel de formas y diseños para elegir la mejor manera de iluminar un espacio de acuerdo con la obra que se vaya a montar.
No es extraño encontrar en los centros de mesa las cálidas y originales velas flotantes y tornillo, en un candelabro sobre la chimenea o tal vez en el escaparate que divide la sala del comedor. Por otro lado, los baños se han convertido en el mejor refugio de las velas aromáticas. Innovación que reúne la magia de la luz y el aroma en un solo elemento decorativo.
Continuando el recorrido de los espacios a luz de una vela se encuentra que en el área familiar todo depende de las preferencias. Es aquí donde la decoración se convierte en el reflejo de gustos, personalidades y afinidades.
En Colombia existen ocho firmas que patrocinan este elemento decorativo y luchan diariamente por conffnuar en el primer lugar de preferencia en el campo de la decoración. Se trata de un grupo de seguidores que busca impulsarlas a través de un cambio de imagen.
El propósito principal del trabajo es darle a las velas un nuevo elemento para que se cambie por completo el concepto de ser la salvación de los apagones y que además se convierta en parte integral de los ambientes. Porque para la industria, el embrujo y magia de las velas son irremplazables y dificilmente pasarán de moda.Pero el trabajo promocional no es de una sola fuerza, pués la industria tiene en la música, la poesía y bohemia unas aliadas invencibles.
Por otra parte, otro de los puntos a favor de esta industria es que sus proyecciones "invadieron" el mercado con una variada y excelente producción. Porque ahora también las fechas especiales tienen una vela en su honor. Muestra de ello es que para halloween hay velas en forma de brujas, monstruos, calabazas y gatos negros. Para Navidad, Santa Claus, árboles, abuelitos, hojitas y ratones con atuendos típicos de la época.
Además, en los cumpleaños existen dos posibilidades de innovar. Una de ellas es reemplazar las tradicionales tarjetas de cumpleaños por una vela original. Y otra es cambiar la imagen de las tortas con velas en forma de frutas. Es decir, las velas suben al cuadrilátero de la decoración dispuestas a vencer por knockut las formas tradicionales de regalar y decorar.

EL ARTE POR EL SUELO
CUANTAS VECES USTED, SIN sospecharlo, ha estado con los pies bien puestos sobre un hermoso poema, un cueNto misterioso o un símbolo divino...sobre una obra de arte enredada por manos artesanas entre los hilos de un tapete persa.
Tejidos que enloquecieron a la nobleza del siglo XVII evocan el misterio de Sahrazad en las Mil y una noches y figuran en las colecciones de arte más famosas del mundo, son hoy en día, además de una ex celente inversión, verdaderas joyas de la decoración.
Tan antiguos como el mismo arte de tejer, los tapetes persas nacieron hace casi siete mil años, gracias a la habilidad de viejos artesanos pertenecientes a tribus nómadas orientales. Desde entonces hasta ahora cada región ha conservado como herencia un dibujo, gracias a lo cual es posible establecer el origen de cualquier pieza. Las más hermosas pertenecen a la colección iraní.
Pero, anudar un tapete, además de ser un trabajo muy apreciado, requiere de gran dedicación y paciencia. Un anudador debe tejer diariamente seis mil u ocho mil nudos si quiere lograr en 12 meses un tapete de dos por tres metros o dos millones de nudos por metro cuadrado para obtener una pieza más fina. Esto equivale a entrelazar seis mil nudos en una superficie del tamaño de una caja de fósforos.
Sin embargo, el verdadero oficio de un artesano comienza con la elección de los materiales: lana o seda son los más comunes y la obtención de los colores a partir de raíces o cáscaras de frutas.
Lo más curioso es que aunque los colores no combinen, en un tapete persa siempre forman hermosos contrastes. Esto se logra con el paso del tiempo y gracias al uso de tintes naturales. Como un buen vino, un tapete necesita muchos años para suavizarse y ganar elegancia.
Pero la imaginación de los artesanos orientales, no se reduce sólo a la creación de tapetes. Otra obra maestra del arte de tejer con la que han conquistado el mundo occidental son los Kelimes, piezas en las que sin necesidad de anudar se hacen dibujos y combinaciones perfectas.
Los kelimes más antiguos se tejieron en Azerbaiján Turkemenestán, el Cáucaso y Anatolia. Al igual que con los tapetes cada pueblo tiene un dibujo y un estilo de tejer con el cual se identifica.
En algunas ocasiones, después de tejer un kelim los artesanos bordan sobre él dibujos geométricos muy hermosos. Este tipo de tejido se denomina Sumack y se realiza más que todo en alforjas y bolsas para guardar sal. Para los decoradores occidentales estas piezas son, hoy en día, hermosos accesorios utilizados como cojines decorativos.

MARAVILLAS PERSAS EN COLOMBIA
Un artesano oriental trabaja desde muy pequeño por amor a su tradición, por esta razón sólo recibe a cambio de sus tapetes aceite o arroz. A pesar de esto, en mucho países del mundo sus creaciones se adquieren hasta por el precio de una lujosa mansión. El valor de las piezas aumenta según la antiguedad y buen estado de éstas.
Cada año llegan a Colombia 150 tapetes y kelimes persas originales. De este trabajo se encargan Hamid y Said Kachoian, dos iraníes que llegaron al país hace cinco años y además de vender, restaurar y avaluar tapetes, defienden su arte de las imitaciones paquistaníes que son las más vendidas actualmente.
Los tapetes persas no son sólo un precioso elemento decorativo, constituyen también una inversión que favorece la imagen de profesionales y empresarios. Según Hamid Kachoian, un persa no necesita un lugar específico ni un estilo o diseño especial para poder lucir perfectamente, todo lo contrario, cualquier ambiente puede arreglarse con un precioso persa original.
Un tapete es sinónimo de calidez en la decoración, un tapete persa apare de ser un objeto de muchísimo lujo es un toque diferente que desafía los caprichos de la moda y el tiempo.