Especiales Semana

DECORACION

25 de septiembre de 1989

ALGO MAS QUE ACCESORIOS
El diseño es la expresión creativa de un estudio racional y continuo, que busca optimizar la relación entre el hombre y su entorno material". Todo pareceria estar dicho... la filosofía del diseño queda al descubierto y permite explorar la razon última de su ser.
El hombre de hoy es, en esencia, el mismo de hace varios siglos: de hecho, tiene las mismas necesidades básicas.
Pero en su incansable búsqueda de un mundo mejor, el ser humano ha dedicado buena parte de su imaginación para crear una relación más amable con sus herramientas de trabajo. Así, también, a medida que logra establecer un diálogo más cercano y más amable con los objetos que lo rodean, se siente confiado - e incluso inspirado - para emprender nuevas tareas en su interminable labor de conquistar el mundo, en su loable interés de dominar los elementos de la naturaleza y colocarlos al servicio de nuevos propósitos.
La decoración tiene una base logica en el diseño. Al hablar de accesorios, posiblemente se termine hablando de elementos muy conocidos para el hombre. Lo que cambia permanentemente son sus formas... tal vez, también, sus aplicaciones.

El término moda implica un carácter de actualidad. Supone un no vedoso tratamiento de la relación entre el hombre y alguno de los elementos materiales que está a su servicio. El término decoración, por su parte, da una noción más personal de esa relación... acepta un ajuste, para que aun teniendo en cuenta las últimas tendencias, se respeten el gusto y la satisfacción que debe sentir el hombre - de acuerdo con sus preferencias y con su forma de ser y de actuar - al enfrentarse a novedosos diseños.

En el campo de la decoración, el diseño ha logrado que incluso los elementos más comunes y cotidianos adquieran un valor especial, para que así, además de prestar su función primordial, sean dignos de admirar, hagan más amable la relación del hombre con el utensilio y se proyecten como un punto de apoyo en la estética y en la armonía que se buscan en cada recinto.

En este orden de ideas, desde un pocillo o un reloj, hasta una lámpara de mesa o un portaretratos, pueden y deben contribuir a hacer más ameno el ambiente que rodea al hombre.

Por eso, con base en el estudio de las relaciones entre el hombre y su entorno material, "el diseño genera como respuesta nuevos productos que se integran en forma práctica a la evolución constante de la vida actual"

JUSTO Y A LA MEDIDA
En el mundo actual la palabra "moda" es de todos los días. Se habla de la dieta de moda, - los pantalones de moda, el peinado de moda, el sitio de moda para pasar vacaciones el barrio de moda... Y la decoración, por supuesto, no escapa al listado.

También, por tanto, se habla de una moda para adornar la casa o la oficina, para la colocación de los muebles, para el color en el cual se debe escoger el papel de colgadura, para el tamaño de las lámparas... Sin embargo, a la hora de la verdad la decoración resulta tan personal como la loción - que debe identificarse con una determinada forma de sentir la vida y con la imagen que se quiere proyectar -, aunque también para lociones se ha querido hablar de moda.

"La decoración va con el gusto y con el carácter de cada quien, asegura Juan Martín Giraldo, de Samoa Decoración; por eso es algo muy personal. En decoración ocurre lo mismo que con el vestuario: las modas no le quedan bien a todo el mundo. De ahí que el decorador profesional esté en la obligación de investigar profundamente los gustos y la forma de ser y de vivir de su cliente, para proponerle una decoración personalizada y diferente, que se ajusta con sus exigencias y con sus necesidades, y que no es copia de la del vecino, ni de la del personaje 'in' de la temporada ".

Así mismo, la decoración debe cumplir una importante labor al servicio de la estética y de resolver ciertas necesidades. La idea es, por tanto, conseguir lugares que gocen de belleza, y en los cuales la relación espacio - mueble - color se ajuste a las necesidades del sitio que se está decorando.

Para estos efectos, el decorador se vale de elementos como el color.
Con base en un estudio cromático de las sensaciones, se vera la importancia de aplicar tonos pastel (si se quiere un espacio relajante) o tonos fuertes (si el objetivo es lograr un lugar donde broten las ideas y se esté todo el tiempo con los 5 sentidos alerta). Si es un hospital, las paredes verdes ayudarán al sentimiento de tranquilidad y reposo de los enfermos y de sus visitantes; si es un restaurante de comida rápida, colores como el rojo y el amarillo colaborarán a despertar el apetito y a permitir la permanente rotación de las mesas.

De manera similar, el decorador estudiará las alturas y los tamaños, y, por medio de los muebles empleados, el tamaño de los objetos, el propio color y las obras de arte escogidas, se logrará, incluso, un ambiente intimo en grandes salones, o una noción de amplitud en apartamentos reducidos.

Al buscar la asesoria de un decorador se pretende, en definitiva, que todos sus conocimientos se coloquen al servicio del cliente, para interpretar sus gustos y sus necesidades, su imagen y sus deseos, y para poderlos aplicar en un todo armónico que estará compuesto por elementos tan diversos como un jarrón, el color de una pared, la textura de una silla, la altura del techo o una obra de arte colgada en el centro del salón.

EL SELLO PERSONAL
El papel de la decoración al crear espacios es fundamental. Si encontramos un recinto cuyas paredes, techos y puertas son blancos, el piso de madera, un sofá forrado en tela café, un tocadiscos empotrado en un mueble de madera, un afiche en la pared y una bombilla que cuelga de un cable, como elementos principales, se podría decir que allí no hay diseño.
Se requiere de una solución: la decoración.

Al tomar la decisión de decorar un ambiente se ha ganado la primera batalla. Se tienen en cuenta las necesidades de ese espacio y se busca un propósito definido.

Adquirir en el mercado o mandar fabricar nuevos muebles de la más alta calidad, ceñidos a la moda y sin la más mínima personalidad, comprar obras de arte de pintores y escultores de moda sólo por exhibirlos, lo único que demuestra es el poder adquisitivo elevado de quien necesita decorar un espacio. Para lograr una excelente decoración se requiere simplemente buscar la concordancia de los muebles, forrarlos con telas de diseños interesantes y complementarlos con objetos sencillos, que tengan valor afectivo o que sean prácticos, y así se consigue que esta decoración sea maravillosamente humana.

Diseñar un ambiente es crear una manera de vivir. En los espacios decorados se está expresando la personalidad y se reflejan los hábitos y el estilo de quien los habita.

Los cambios en los estilos de diseño de interiores van a la par con los cambios en la sociedad. En Colombia no tenemos una tradición propia, y por tanto nos llegaban de Europa las tendencias de decoración. Nuestros abuelos trajeron de Francia los estilos de los Luises, de Inglaterra el chipendale, el Reina Ana y el Victoriano; trajeron también el Art-Decó y el estilo de la Belle Epoque. Se decoraba, pues, con unos patrones establecidos y rígidos, que muchas veces continúan vigentes.
Esto frustra de alguna manera la creatividad de los diseñadores jóvenes que intentan introducir nuevos conceptos, pero a la vez sirve pará seguir presentando en el mercado objetos con temas competitivos. Los estilos actuales son "experimentales" sólo por el hecho de que no evolucionan al mismo ritmo que la música o la moda en el vestir.

La circularidad de la decoración se expresa en la repetición de los elementos, con mínimas variantes. Es por esto que los estilos se repiten y se mezclan. Los estilos actuales retoman elementos de otros más antiguos, tanto en la creación de espacios como de toda clase de objetos.
La decoración de interiores se va renovando lentamente, adaptándose a las necesidades de la vida actual, y lo hace muchas veces inspirándose en los estilos clásicos, aunque nunca deJa de innovar. La calidad y trascendencia del diseño se sabe únicamente con el paso del tiempo, como ocurrió con el palacio de cristal y con la Torre Eiffel, que sólo fueron apreciados cuando Sullivan y Wrigh revelaron su significado.

Establecidas y aceptadas las bases del estilo se puede proceder a elaborar el diseño. Y con un buen diseño solo queda ejecutar el trabajo. En este proceso es conveniente no hacer cambios drásticos. En este momento es cuando más tiene que trabajar el diseñador, controlando su ejecución e instalación.
Se realizan todos los ajustes menores en los detalles, se revisa la intensidad de los colores, manteniendo el entusiasmo para conseguir un resultado final óptimo.

Es muy importante que este proceso sea realizado por el decorador de interiores, aunque no se debe perder la relación directa entre las construcciones exteriores y los espacios interiores; para esto el decorador tiene que estar en concordancia con el arquitecto, pero no es conveniente que este último realice la decoración, pues ocurriría lo mismo que cuando los ingenieros se ocupan ellos mismos de la arquitectura de un edificio.

La decoración cobra un papel relevante cuando se realiza para crear espacios públicos. En la decoración de estos espacios no tiene que reflejarse la personalidad de una persona, sino que se deben crear ambientes que guarden una concordancia con los demás elementos del lugar, la arquitectura del edificio, y deben ser diseñados para que el usuario tenga el mayor confort, sin alejarse de las técnicas y tendencias actuales. Por el hecho de ser impersonal se puede caer en el peligro de que el aspecto obtenido finalmente sea frío y poco acogedor. Para que esto no suceda, el estilo en la decoración de un area pública puede tener un tema o un estilo que identifique el lugar en que se encuentra, buscando involucrar elementos que se asocien a las costumbres y tradiciones de dicho sitio.