Especiales Semana

DISEÑO Y DECORACION

27 de abril de 1987

LOS JARDINES INVADEN LAS CASAS
Según un experto en decoración de hogares y oficinas las plantas están cobrando cada vez más, un papel importante no sólo porque adornan, no sólo porque le dan más vida a los espacios cerrados o abiertos, sino por la integración perfecta que logran con el resto de muebles y, por supuesto, con los moradores de los espacios.
Dice el experto que las plantas se han convertido en un placer cada día más extendido entre quienes no solamente conocen sus cualidades decorativas y todavía más, cuando revelan sus enormes posibilidades en el momento en que se quiere combinar distintas especies, de acuerdo con el clima en el cual se viva.
Para nadie es un secreto que en la mayoría de las casas de los colombianos, por no decir en todas las casas, las plantas desempeñan un papel primordial: desde la humilde potera con un helecho que es regado con amor y dedicación hasta las plantas más ornamentales, más costosas y que demandan más cuidados, todas ellas encierran un enorme significado para la decoración.
Por encima de todas las especies, tamaños, olores y hasta sabores, se impone el verde refrescante que las plantas aportan a hogares y oficinas.
Ya no se trata del bambú languido y fino que se levanta junto al escritorio del jefe ceñudo, o las distintas variedades que los empleados cuidan en diferentes secciones de la empresa, sino todo un concepto generalizado sobre la presencia ineludible de lo verde, lo vivo, lo fresco en todos esos ambientes.
Es como si los hogares y las oficinas se convirtieran en jardines, como si se hubiera propiciado desde hace muchos años esta invasión.
En los climas cálidos es todo un espectáculo de colores y sensaciones mirar los balcones repletos de macetas de todos los tamaños, haciendo precio equilibrio sobre la cabeza de los peatones, esos balcones, especialmente los de las ciudades de la Costa Atlántica, que las muchachas riegan al caer la tarde mientras dejan volar la imaginación. Los balcones cartageneros, especialmente los que están ubicados en la zona amurallada, son una oportunidad feliz de reconciliarse con la naturaleza mientras en las ciudades del interior desempeñan un papel más significativo los patios interiores, esos que tienen fuentes que cantan en la penumbra, espantando fantasmas propios y extraños.
Con la aparición de la arquitectura contemporánea, más audaz, buscando nuevos conceptos del lugar del ser humano dentro del contexto del metal, el ladrillo y la madera, los jardines, las plantas, las zonas verdes tienen también un enorme significado y así lo demuestran las nuevas obras que se levantan en nuestras ciudades, esas torres que se alzan bordeando jardines que son cuidados por los administradores de cada unidad residencial.*

EL DISCRETO ENCANTO DE LA MADERA
A pesar de los notorios avances de otros elementos en la arquitectura contemporánea, la madera en todas sus formas mantiene ese raro encanto que es capaz de convertir aun la estancia más pequeña, en una atmósfera agradable y acogedora.
Basta contemplar las revistas especializadas en estos temas para comprobar cómo la madera, trabajada con distintos sistemas, con distintos gustos, ha regresado a dominar parte de la decoración en una época en la cual, muchos prefieren los metales y hasta los elementos plásticos.
Talento, costos un poco fuera de lo normal y materiales nobles sostienen esta inclinación hacia la presencia de la madera en determinadas zonas de la casa o la oficina. Por supuesto, nos referimos a maderas finas, trabajadas por artesanos que conocen bien su oficio, que no forzarán la madera más allá de su resistencia y capacidad, artesanos que conocen bien el origen de cada pieza y para quienes las indicaciones del decorador o el arquitecto son sagradas.
En medio de la mecanización de algunos sectores de la decoración y la arquitectura interior, en medio del facilismo, surgen con frecuencia proyectos, obras, intenciones que demuestran cómo la madera sigue siendo fundamental, y para nadie es un secreto que en muchas ocasiones, los logros alcanzados por los diseñadores utilizando distintas maderas vienen de la convicción de estarle dando al cliente y al espacio trabajado, la oportunidad de aprovechar más el calor, los colores, la atmósfera de intimidad y sosiego que la madera impone, sabe imponer.
No hay espectáculo más grato al llegar a una casa, un apartamento o una oficina que enfrentarse a la madera: escaleras, columnas, el techo mismo, las divisiones, las mesas, las sillas, los pasamanos de las escaleras, lámparas, cuadros, proporcionan un aire de solidez y tranquilidad que de acuerdo con el clima que se presente, mejora las condiciones de quienes habitan o trabajan allí.
Un famoso arquitecto norteamericano ha revelado en una entrega reciente del New York Times, cómo en estos momentos se sostiene una especie de reivindicación de la madera, cómo los diseñadores están trabajando cada vez más con estos elementos nobles, que son más gratificantes que los metales o los plásticos.
Por supuesto, el diseñador tiene que contar con la complicidad del cliente, a quien en caso necesario hay que convencer de la belleza, la utilidad, la armonía, la atmósfera grata que se desprende de la utilización de la madera en sus más variadas formas.
Las revistas internacionales agotan sus páginas en estos días, mostrando cómo los diseños de interiores están trabajando con la madera, atrapando un aire de nostalgia con una severidad que puede ser rota con otros elementos alegres y vivos, y en ocasiones el ambiente que gira alrededor de columnas gruesas, pesadas y sólidas logra una evolución cuando las luces hacen girar la atención hacia otras zonas de la estancia.
Naturalmente, será en el estudio, zona sagrada de la casa, donde el diseñador tendrá otro aliado para su imaginación: el papel, el olor de la tinta, la presencia de esos tomos impacientes.--