Especiales Semana

DISEÑO, MODA Y CONFECCION

30 de marzo de 1992

PISADAS SOBRE EL TIEMPO
PARA TENER LOS PIES BIEN PUESTOS SObre la tierra definitivamente se necesitan unos buenos zapatos. Y esta no es una preocupación reciente. Confundidos entre los jeroglíficos egipcios, el zodíaco mesopotámico y la tierra hebrea están los inicios del calzado.
Fibras vegetales entretejidas sujetas a los pies con correas o cintas que se anudaban en la pierna fueron las formas más primitivas de calzado. Elementos que en el período greco-romano se transformaron en gruesas suelas de corcho con las que se pretendía conseguir mayor altura.
El cuerpo fino se impulsó en el siglo X en zapatos que terminaban en una punta ligeramente alzada. La Edad Media calzó sus pies con babuchas que luego se convirtieron en botines y borceguís de terciopelo, una especie de zapatillas sobre las cuales se ponía otro calzado.
A fines del siglo XVI aparecieron el tacón y los escarpines. Los zapatos de raso o de cuero con tacón para las mujeres y las botas altas para los hombres fueron el encanto de principios del siglo XX, en el que también se impusieron los zapatos al estilo inglés sin tacón, con flequillos.
Según los expertos, no cabe duda de que este siglo ha sido definitivo para la consolidación de los zapatos. Los colores, texturas y materiales adquirieron papel protágonico en el diseño del calzado.
Los años 20 trajeron consigo los tacones anchos en la base, los empeines levantados, los grandes adornos, los zapatos en cuero de dos colores. Tacones muy altos o totalmente planos, puntas redondas, suelas de corcho y botas de cuero ceñidas a la pierna se tomaron los años 30 y 50.
Los revolucionarios años 60 y 70 decidieron calzarse con zapatos bajos, botas y sandalias. Esta época pasó a la historia como la de las grandes plataformas y brillantes contrastes. Los 80 fueron los años de los mocasines, las puntas metálicas y la informalidad.
La tendencia de los 90, en especial del 92 es la suavidad. Suelas de espuma, cuero de becerro con superficies lisas o grabadas en el calzado masculino. Los colores: negro, tabaco y verde olivo.
El diseño del calzado femenino continúa en los 60 combinando elegancia e informalidad. Se imponen los zapatos descalzos tipo sandalia, las suelas gruesas, el charol, el cuero crupón y el "nubuck", el marrón, vinotinto, negro, azul y aceituna. Los grabados constituyen un toque perfecto para quienes gustan de los estilos clásicos. -