Especiales Semana

DULCE OLOR A CAÑA

La industria azucarera del Valle es ejemplo en América Latina en el manejo del medio ambiente.

16 de diciembre de 1996

Si hay algo que seduzca a los visitantes cuando llegan a territorio vallecaucano es el fresco olor a caña de azúcar que llevan las suaves brisas que corren por las llanuras de esta región del Pacífico. Es el olor a caña sana, producto de un cuidadoso manejo dado por sus cultivadores. Para ellos la premisa es sencilla: "Si no manejamos el medio ambiente después no vamos a tener dónde cultivar la caña".Por eso no se escatiman esfuerzos en cuidar las 180.000 hectáreas que tiene la región sembradas con caña de azúcar. Un volumen que produce miles de toneladas en residuos como la cachaza, la ceniza y el bagazo. Sin embargo ninguno de estos elementos se tira sino que se reciclan para beneficio del entorno o de la comunidad. Los dos primeros, por ejemplo, se utilizan para mejorar los suelos mientras que el bagazo se destina para las calderas o se vende a otras industrias que, por su parte, lo usan como materia prima en la elaboración de papel o también en la construcción de tableros prensados.Así, el sector azucarero ha logrado un punto de excelencia en el manejo ambiental. Para esto dispone de un equipo de investigadores que están permanentemente estudiando nuevos y mejores pasos por seguir y que hacen que durante el cultivo se sigan unas pautas básicas, como la adecuación del terreno, la aplicación mínima de fertilizantes y el no uso de pesticidas ni de plaguicidas. Es decir, puro control biológico.Además las principales empresas están cotidianamente trabajando en la optimización del uso del agua. En el riego, para citar un caso, se está verificando a cada segundo todo el proceso de conducción del agua para que ésta se mantenga siempre sana y no se desperdicie.Nada se deja al azar. Así se sigue también un Plan de Quemas, el cual cuenta con la aprobación del Ministerio del Medio Ambiente. En este proceso se usa una red que cuenta con varias estaciones de monitoreo meteorológico localizadas a lo largo del valle geográfico del río Cauca, que miden parámetros como la humedad relativa, dirección y velocidad del viento para disminuir las molestias en los asentamientos humanos localizados en los alrededores de las áreas sembradas con el producto.Lo afiliados de la Asociación de Cultivadores de Caña de Azúcar de Colombia _Asocaña_ buscan sacar un producto ciento por ciento natural. Eso ha hecho que el gremio dé ejemplo en América Latina en cuanto a la optimización del proceso industrial y en la gestión ambiental. Así llegará, finalmente, a su mesa el dulce sabor del azúcar.