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"El arte colombiano siempre ha estado rezagado"

El maestro Fernando Botero habló con SEMANA sobre el pasado, el presente y el futuro del arte colombiano.

10 de noviembre de 2003

SEMANA: Hablando en general, ¿qué obras de artistas colombianos le gustan?

Fernando Botero: Yo no hablo de lo que me gusta porque entramos en problemas. Digamos que Colombia tiene una serie de artistas que han hecho una obra importante, que son conocidos más allá de las fronteras, como Obregón, Grau, Ramírez, Negret, Caballero. Son artistas muy buenos, se me olvidan muchos nombres, pero digamos que, en conjunto, son artistas que han hecho una obra muy seria y en América Latina están muy bien.

SEMANA: Precisamente en esta selección sobresale esa generación. ¿Por qué?

F.B.: Es muy difícil saber eso. Sucede en todos los países. Por ejemplo, en México el surgimiento de los muralistas duró como 20 ó 30 años y después el arte mexicano bajó y hoy en día es menor. Y así ha pasado en la historia. En Alemania también hubo una época, la de Durero, en que muchas cosas pasaron en 30 años. Siempre hay un momento de energía, de creatividad, que es inexplicable. En Francia, por ejemplo, no hay un solo pintor importante después de la guerra. Antes de eso estaban Matisse, Bonnard, Leger, tantos artistas buenos.

SEMANA: ¿Cuando usted comenzó a pintar qué artistas le llamaban la atención? Viendo la selección, en esa primera mitad del siglo XX hay muchos paisajistas.

F.B.: Pocos. Por ejemplo, a mí Francisco Antonio Cano nunca me ha gustado pues es el típico artista provincial. Un artista cuando mira más a la provincia que a la pintura es provincial.

SEMANA: ¿Qué opinión le merecen artistas como Andrés de Santa María, Epifanio Garay y otros que surgieron a finales del siglo XIX y comienzos del XX?

F.B.: El problema es que el arte colombiano, en cierta forma, ha sido arte colonial toda la vida. Muchos artistas, como Andrés de Santa María, Epifanio Garay, son impresionistas, pero es algo colonizado. Es decir, pintaron dentro de un estilo que estaba a la moda en su época. Yo los respeto por su obra. Santa María es un buen pintor pero no es que uno pueda hablar de un gran creador. El copió lo que los impresionistas ya llevaban haciendo 30 ó 40 años. Eso ha pasado mucho en Colombia. Hay pintores como Vásquez Díaz, superprovincial y superderivado de la pintura española e italiana de su época pero que no inventó nada. El arte colombiano siempre ha estado rezagado a lo que está pasando en el mundo.

SEMANA: ¿Es también el caso de Marco Ospina, considerado el primer pintor abstracto en Colombia?

F.B.: Por supuesto. Surge el abstraccionismo y después surge el cónsul general del abstraccionismo en Colombia. Dentro de eso hay cosas buenas. Lo que pasa es que no se le puede pedir a todo el mundo que sea Picasso.

SEMANA: ¿Del arte colonial qué rescataría?

F.B.: Me parece que Joaquín Gutiérrez es un pintor importante. Siempre me ha gustado, tiene cierta frescura, gracia, es un pintor que me gusta. Del siglo XIX hay buenos artistas pero no creadores, yo siento respeto por artistas como Acevedo Bernal y muchos pintores, pero es pintura menor. Después de que terminó la colonia, siguió la colonia en el arte colombiano.

SEMANA: Hay un consenso en que 'Homenaje a Mantegna' y 'Apoteosis de Ramón Hoyos' son sus obras más importantes. ¿Está de acuerdo?

F.B.: Siempre hay una cosa manejada en la que se dice que tal época fue la buena de tal pintor o de tal escultor. En el caso mío dicen que los años 60 fueron los buenos. Lo que pasa es que alguien en Estados Unidos tenía muchas obras y empezó a decir que las de los años 60 son las buenas y lo repiten y lo repiten y la gente empieza a creer que eso es cierto. Entonces el Roberto Matta tiene que ser del año 50, el Miró del año 30, las mías del 60, pero yo creo que lo que hay es una cosa de mercado detrás de esa concepción.

SEMANA: Pero sin duda estas obras sobresalen en su producción.

F.B.: Esas dos obras no eran coherentes en lo absoluto. No había un estilo coherente, todo estaba pintado bajo la influencia del expresionismo americano. Pero no había una coherencia ni un equilibrio ni una tranquilidad en la composición. A mí siempre me ha llamado la atención eso. En cada momento hay buenas obras, y cada artista da toda su energía y entusiasmo en cada obra.

SEMANA: Es difícil conseguir reproducciones de esas obras ¿Dónde están?

F.B.: En algunos catálogos, pero las fotos sí se han perdido. Uno tiene las fotos, después las presta a los editores de libros o a los que hacen exposiciones y las fotos se pierden. De Homenaje a Mantegna, de la primera versión, nunca tuve la foto. Ese cuadro se vendió en Nueva York a finales de los 50 y no sé qué pasó con él y yo en esa época no tenía para pagar la foto de un cuadro. El de Ramón Hoyos es propiedad mía y está en un depósito en Suiza, pero tomarle una foto es como complicado.

SEMANA: En la actualidad del arte colombiano cada vez se ven menos pintores. ¿Qué opina al respecto?

F.B.: El problema no es de los artistas colombianos jóvenes, el problema es del arte en general. Los artistas no tienen una visión audaz. Cuando uno ve lo que sale en las revistas, de lo que se está moviendo, como el arte conceptual, el video, todas estas cosas, es absurdo pensar que es posible reemplazar la pintura con el video, con las instalaciones. Los artistas han evolucionado bajo la influencia del arte norteamericano hacia esas formas de expresión que no sé cuánta importancia tendrán en el tiempo.

SEMANA: Pero es indudable que ya hay muchos artistas reconocidos y que han consolidado su trabajo lejos de la pintura y la escultura tradicional.

F.B.: Esas obras no van a sobrevivir porque el arte hoy en día es efímero. No sobrevivirán desde el punto de vista físico, lo cual también es un desastre porque el arte, una de las cosas que ha tenido siempre, es que es duradero y que la historia está unida a esas obras. El arte debe tener una eternidad física además de una eternidad como expresión. Para mí lo que se hace hoy en día es una decadencia, es un desastre, pero creo que, como el arte evoluciona, lo hará en contra de toda esta superficialidad.

SEMANA: Hay algunos que han llegado a eventos como la Documenta de Kassel, las bienales de Venecia, Johannesburgo, Sao Paulo, Estambul, entre otras, y también a los principales museos del mundo.

F.B.: Eso no importa. No me interesa para nada lo que hagan estos artistas. En la Bienal de Venecia la primera semana es llena de gente, por las ruedas de prensa, los montajes, los almuerzos, pero después de eso espantan, nadie se asoma a ver esa bienal. Ese arte no interesa. Sólo le interesa a los artistas que lo hacen y a los cuatro amigos que ellos tienen. Ese arte no emociona, no conmueve, no exalta a un público.

SEMANA: ¿En esa medida cómo ve el futuro cercano del arte colombiano?

F.B.: Los verdaderos artistas siempre están en contra de lo que está establecido. El que viene y está de acuerdo no es un creador, no es un artista de verdad y mientras más en desacuerdo está más artista es. Yo creo que en menos de 20 años habrá artistas en Colombia y en el mundo que verán que esto que está pasando es tan efímero, tan decadente, tan pobre que crearán una reacción.