Especiales Semana

El Caribe se reinventa

Cuando el país está apostando buena parte de su futuro en el comercio exterior, la Costa Caribe colombiana aparece de nuevo como la región que puede liderar este proceso. Las claves están en el talento y el ingenio costeño.

10 de octubre de 2004

Un turista que quedó atrapado en un taxi en medio del caudal de los arroyos de Barranquilla vio cómo un grupo de personas salió de la nada tendiendo puentes improvisados con unas tablas de madera para que la gente pasara la calle sin mojarse, a cambio de una o dos monedas de los agradecidos 'saltacharcos' que pudieron seguir su camino.

Aunque esta puede ser una de las muchas anécdotas del ingenio y el rebusque de los costeños, que para muchos puede asimilarse a un pase de magia, el asunto es de talla mundial. Cuando se recorre el Caribe se podría explicar que lo tienen todo a la mano, que a pesar de la pobreza que se pasea por cada rincón la gente tiene esa extraña capacidad para reinventarse, para sobrevivir y en muchos casos para destacarse.

Ahora, a comienzos del milenio, al mirar las perspectivas de desarrollo de la región y cuando se tiene en el panorama un acuerdo como el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, la Costa Caribe tiene la posibilidad de retomar la rienda empresarial e industrial de Colombia, tal y como la tuvo a finales del siglo XIX y comienzos del XX, cuando se convirtió en la Puerta de Oro del país.

La mezcla del talento costeño y de las condiciones naturales de la región con el comercio exterior podría significar una ruta hacia el anhelado desarrollo regional. Un camino que saque al Caribe colombiano, conformado por ocho departamentos, entre ellos un territorio insular que posee un gran potencial y riqueza, y que cuenta con empresas de servicios, industria, comercio, telecomunicaciones, modernos puertos, confecciones y diseño, carbón, gas, turismo, agricultura, ganadería y mucho talento, pero también los peores indicadores sociales y económicos de una región sumida en el subdesarrollo, que se ve reflejado en su más grave problema: la pobreza.

El consultor Martín Gustavo Ibarra analiza que si se tiene en la mira el mercado de Estados Unidos, el mejor sitio para abordarlo es la Costa. "Un industrial que produce el mismo bien en Bogotá o en Medellín está 1.700 dólares más lejos de Estados Unidos, comparado con uno que esté ubicado en Barranquilla o en Cartagena". Todo esto está sustentado en que el 46 por ciento de las importaciones de Estados Unidos se hacen por barco, de acuerdo con estadísticas del Departamento de Comercio de ese país.

El ingenio, heredado de los indígenas, los negros, los españoles y los inmigrantes, cuyo resultado final ha sido una exitosa mezcla y convivencia de razas y culturas, les ha permitido sobreponerse a las adversidades más grandes e inventar nuevas posibilidades para salir adelante.

Parte del secreto está en el pasar de generación en generación el espíritu de conservación de sus oficios, culturas, tradiciones y costumbres. Ese ingenio les permite reinventarse de tal forma que es más fácil crear capital humano, para exportar identidad que deslumbra por su creatividad y estética, como son algunos de los personajes que protagonizan este especial.

Los caribeños siempre han estado a la vanguardia del país, no hay que olvidar que por los puertos de Barranquilla, Santa Marta y Cartagena entró el progreso de Colombia. Sin tener una certeza de qué pasará en los próximos meses con el TLC, muchos sectores como las telecomunicaciones, los puertos, los diseñadores, los artesanos, los servicios públicos y la educación se están preparando concienzudamente para este nuevo reto.

La esencia de todo es que los costeños mantienen ese espíritu de puertas abiertas. Al final hay que saber cuál es el norte.