El inquisidor

Aun sus más ácidos detractores reconocen que Gustavo Petro, nacido en Zipaquirá hace 44 años, representante a la Cámara del Polo Democrático, ha demostrado con sus reiteradas denuncias que es un valiente. A pesar de las permanentes amenazas que ha recibido a lo largo de su gestión y que lo han obligado a vivir fuertemente custodiado en un apartamento blindado, ha seguido hablando sin tapujos. Ha sido el más claro opositor del gobierno y de su política de seguridad democrática, desde el Congreso, y este año asumió la presidencia de su partido. Ha cuestionado el incumplimiento del cese de fuego y hostilidades de los paramilitares, pero ha respaldado la necesidad de crear un marco jurídico para su desmovilización. Tampoco se midió en sus cuestionamientos a la gestión del fiscal general, Luis Camilo Osorio, y de algunos de sus principales colaboradores que terminaron saliendo de la entidad por irregularidades. Su línea, que no ha dejado de despertar polémicas, es, según él mismo la define, de izquierda y radicalmente demócrata.