Especiales Semana

El rating de Satanás

Una encuesta, en Colombia y varios paises del mundo, para saber si la gente cree en el diablo.

7 de agosto de 1989

Aunque el hombre conquiste el espacio, el Fax deje atrás los tiempos del correo y los comunistas decidan replantear el marxismo, en el mundo hay cosas que no pasan de moda. Y una de ellas es el diablo. Así lo demuestra una reciente investigación realizada internacionalmente por la famosa firma encuestadora Gallup, y en Colombia por el Centro Nacional de Consultoría, de Carlos Lemoine.
El estudio compara, en Colombia, el nivel de creencia en el diablo en las cinco grandes ciudades y en 103 tres partidos políticos. Y, a nivel internacional, compara a Colombia con Estados Unidos, Irlanda, España, Italia, Inglaterra, Noruega, Bélgica, Alemania Occidental, Francia y Suecia.
Las principales conclusiones son las siguientes:
- En Colombia, un 29.8% respondio afirmativamente a la pregunta "Cree usted en el diablo?". Por estratos socioeconómicos no hay mayores diferencias: alto 26.6%, medio 31.1% y bajo 28.9.
- Los encuestados barranquilleros y bumangueses son los que más dicen creer en el diablo, por encima de bogotanos y caleños, que se encuentran en un nivel intermedio, y muy lejos de los paisas, que parecen haberle perdido todo respeto a Lucifer.
- Por partidos políticos no deja de sorprender que las distancias entre unos y otros no sean muy amplias. Los conservadores, eso si, marchan a la cabeza, con muy poca ventaja sobre los liberales y un poco más sobre los que se declararon de la Unión Patriótica quienes, a pesar de sus simpatías por las ideas de izquierda, conservan un nivel no despreciable de creencia en el patas.
- En la comparación con otros países del mundo, es interesante la amplia ventaja que Estados Unidos e Irlanda tienen sobre los demás países, en cuanto a creer en el diablo. Dos terceras partes de los gringos respondieron afirmativamente a la pregunta. Colombia esta ubicada en un nivel intermedio, que comparte con España, Italia, Inglaterra y Noruega, mientras los incrédulos se concentran mayormente en Bélgica, Alemania Occidental, Francia y Suecia.