Especiales Semana

El sueño de exportar

Las Pymes tienen en Colombiamoda un escenario privilegiado para abrirse a los negocios internacionales y mejorar la calidad de sus productos.

15 de agosto de 2004

Las pequeñas y medianas empresas (Pymes) ven en Colombiamoda la oportunidad de generar nuevas relaciones comerciales con compradores y vendedores de todo el mundo y para ello tienen un pabellón propio que alberga a 407 expositores nacionales y a algunos llegados de Ecuador, Perú, Venezuela, Panamá y Estados Unidos.

Las actuales condiciones de globalización económica les imponen mejorar el mercadeo de los productos, agregar valores nuevos a las confecciones, actualizarse en tecnología y desarrollar una mentalidad de ojos y oídos abiertos para enfrentar potencias como la China, próxima a participar sin restricciones en el mercado de Norteamérica. La feria, a juicio de "los junior" de la liga textil, abre esas puertas a la calificación y a la integración comercial, para no sucumbir en los próximos años bajo el peso de los grandes.

José Adelfo Castiblanco, gerente de la mediana empresa Confecciones Lady Marcel, de Bogotá, recuerda que en la feria de 1998 logró su primer contacto con el mercado extranjero, en Puerto Rico. Hoy, después de participar sin falta en las últimas seis versiones de Colombiamoda, tiene negocios con clientes de México, Perú, Costa Rica y Estados Unidos.

La producción de ropa interior colombiana, en su caso, es 10 veces superior a la capacidad de consumo interna. Esa sobreoferta lo obliga a abrirse al mundo para no ahogarse en la estrechez del mercado nacional. "Colombiamoda es un escenario de negocios internacionales sin salir del país. Aquí las Pymes nos ponemos al día en sistemas de mercadeo, en tecnología y en tendencias, para no llegar tan novatos y desarmados a un mercado mundial cada vez más competitivo y difícil".

Este año Colombiamoda, igual que en las dos últimas ediciones, recibirá a cientos de clientes potenciales de la industrial textil y de la confección nacional. Las Pymes saben que tienen una oportunidad de conseguir compradores y hacer viables y crecientes sus exportaciones. El primer semestre de 2004 resultó difícil y la feria puede abonar el terreno para mejorar la situación.

Al agua

Así lo cree Christine Armitage, diseñadora de vestidos de baño, propietaria de una pequeña empresa con sede en Cali. Para ella, la feria ya no es sólo parte de la tradición textil antioqueña sino que se convirtió en un espacio para los empresarios, desde Leticia a La Guajira. Participa por primera vez y llega convencida de que sus citas de negocios serán definitivas para acceder a nuevos clientes y mercados.

"Para las pequeñas empresas es costoso estar en la feria, pero hay que ser atrevidos y echarse al agua. Los créditos son limitados, los monstruos en el caso de mi mercado son muchos, pero así son también las ganas y el optimismo", dice la joven Christine, que con su socia Ximena Rojas genera tres empleos directos y otros 15 indirectos.

Desde Barranquilla viene al pabellón de las Pymes Claudia Patricia Ramírez, gerente de la firma Frizz, que diseña y confecciona ropa juvenil ejecutiva. Es su cuarta participación y para ella no sólo es importante colonizar mercados internacionales. En la etapa en que se encuentra su empresa, que tiene 12 empleados directos y 50 indirectos, es fundamental cultivar relaciones comerciales con compradores de regiones alejadas de Colombia como los Llanos, San Andrés o Amazonas, donde por supuesto no tiene vendedores propios.

"Los pequeños empresarios hemos aprendido en la feria a mejorar en materia de tendencias, materiales y, en general, en la calidad de nuestros productos. La única manera de salir adelante y sostenerse es hacer las cosas bien. Si uno innova, si compite con cosas diferentes, que es lo que nos permite ver y aprender la feria, el futuro es prometedor".

Confecciones Infantiles Totín, que hace parte de un grupo de seis pequeñas empresas asociadas, está ubicada en Sabaneta, Antioquia. Sus propietarios y empleados comentan que tienen "el corazón puesto en la feria". Son conscientes que de las oportunidades que aprovechen en Colombiamoda dependen 1.500 empleados del grupo y sus familias.

Se avecinan dos años duros en materia de competencia internacional y para los miembros de Totín, el que no está en la feria no vende, no muestra su marca. Y eso, según aprecia su coordinadora de exportaciones, Maribel Cantillo, es desaprovechar un camino seguro a la sobrevivencia y al crecimiento de las empresas y sus productos. La gente de las Pymes se juega buena parte de su futuro durante estos tres días. Por eso su empeño en no perder un segundo, en no desperdiciar un metro donde quepa un cliente.