Especiales Semana

El toque de Slim

No es gratuita la presencia de Comcel entre las empresas más grandes de Colombia. Durante la década fue una compañía que multiplicó por seis sus ganancias.

24 de abril de 2010

Muchos se preguntan cómo Carlos Slim ha sido capaz de llegar al primer puesto entre los hombres más ricos del mundo y lograr una fortuna de 53.000 millones de dólares. La fórmula secreta podría estar revelada en la historia de Comcel, la principal empresa de telecomunicaciones de Colombia en los últimos 10 años.

Esta firma es parte de América Móvil, conglomerado que el magnate tiene posicionado a lo largo de toda la región y que ha sido su punta de lanza en el competido mundo de los negocios latinoamericanos.

La historia de éxito de Comcel durante la década está estrechamente ligada a la estrategia de expansión de América Móvil. En 2000, el magnate mexicano entró como accionista de Comcel y en 2002 ya tenía la mayoría accionaria.

No es coincidencia que los resultados se empezaran a multiplicar a ritmo acelerado con la llegada de Slim. El toque mágico del magnate se empezó a sentir en los balances: en 2001 los ingresos totales fueron de 659.000 millones de pesos, el Ebitda de 182.000 millones y las pérdidas netas de 309.000 millones de pesos. Dos años después, en 2003, ya con Slim al frente de la estrategia, Comcel dejaba ingresos por 1,4 billones de pesos con un crecimiento anual del 41 por ciento, una utilidad neta de 173.000 millones de pesos y un Ebitda de 511.000 millones de pesos.

De acuerdo con un informe de la firma calificadora Duff and Phelps, entre los años 2001 y 2005, el Ebitda de la compañía creció en promedio 40 por ciento anual. Comcel había cerrado la década de los 90 con apenas 500.000 usuarios, en 2002 ya iba en 2,3 millones y para 2005 había saltado a nueve millones.

Las cifras son muy reveladoras y fruto de una estrategia que responde claramente al estilo del magnate mexicano. Se trata de ir por todo y con todo: mucha inversión, consolidación vertical, adquisiciones a gran escala y crecimiento de base con nuevos clientes. Slim ama participar en los mercados como un pez grande y eso era lo que buscaba desde el principio.

Además, era la manera de actuar en un mercado que en 2000 estaba prácticamente inexplorado. El número de usuarios de teléfono celular al comienzo de la década era muy bajo. Había dos millones de líneas en servicio lo que convertía a Colombia en el segundo país con menos usuarios de celular de Latinoamérica, solo superado por Perú. Así que la posibilidad de extender las operaciones y atraer más clientes era muy grande. Por eso Comcel buscó también crecer en cobertura. En 2003 compró Celcaribe, que estaba en manos de Millicom (actualmente dueña de Tigo), lo que prácticamente la dejó con operaciones en todo el país. En 2004 fusionó sus tres marcas (Occel, Celcaribe y Comcel) para iniciar operaciones bajo la última y ofrecer comunicación celular en toda Colombia.

El balance de esa estrategia es bien satisfactorio. La competencia en 2000 era bastatnte dura con el otro grande del negocio, Celumóvil (que después pasó a llamarse Movistar). Entre ambas firmas peleaban de tú a tú y cliente por cliente, pues cada una tenía prácticamente la mitad del mercado.

No era una apuesta gratuita. Las necesidades de inversión en el mercado de las telecomunicaciones son bien altas. Slim le puso 600 millones de dólares a la empresa durante los dos primeros años como dueño e inició una estrategia para convertirse rápidamente en el primer prestador de servicios de telefonía celular en Colombia.

Comcel se hizo paulatinamente a las mayores participaciones del mercado y con unas coberturas mayores. En 2000, tenía 54 por ciento del mercado; en 2005, el 63 por ciento y en 2009 casi el 70 por ciento. Hoy la empresa tiene 27 millones de abonados.

Pero ser el líder del mercado le ha generado dificultades. La Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) declaró el año pasado que Comcel era un jugador dominante en el negocio celular, y posteriormente la obligó a reducir sus tarifas. Es evidente que la estrategia de Slim, a pesar de la polémica que despierta, ha sido exitosa y eso lo muestran los números. No es gratuito que Comcel sea una de las empresas más grandes, con ingresos cercanos a los seis billones de pesos al año. Esa es la contribución de Colombia a la fortuna de Carlos Slim, el hombre más rico del planeta.