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ESPECIAL

25 de diciembre de 1995

BUENAVENTURA: UN PUERTO PARA COLOMBIA
En manos del sector privado está el futuro de la internacionalización de la economía del país.

DEFINITIVAMENTE el proceso de internacionalización del mercado colombiano depende en un alto porcentaje de la eficacia de la privatización del principal puerto de Suramérica, el de Buenaventura. Y es que durante más de 10 años no supieron aprovechar las ventajas de este punto estratégico en el Pacífico, por donde corren anualmente cinco millones de toneladas de carga, es decir el 58 por ciento del total de las exportaciones e importaciones.
Sin embargo otro de los programas, aparte de la apertura económica, que hay que reconocerle al gobierno de Gaviria es sin lugar a dudas la reorganización y privatización del sector portuario a través de la ley primera de 1991, la cual permitió que los terminales pasaran a sociedades mixtas, en las que el 70 por ciento del capital es privado y el 30 por ciento restante corresponde al sector estatal. Así, el terminal pasa a la Sociedad Portuaria Regional de Buenaventura, que es en la actualidad el administrador de las instalaciones.
De acuerdo con su gerente general, Víctor Julio González, ingeniero industrial de 44 años, oriundo de Buenaventura y quien permaneció por 16 años en la antigua empresa Puertos de Colombia hasta su liquidación, "En este momento el puerto está sufriendo una transformación de su infraestructura debido al estado precario en que fue entregado, resultado directo de la falta de inversión durante los últimos tres años".
La Sociedad Portuaria invertirá este año 15.000 millones de pesos en la modernización, ampliación del área y mejoramiento de la profundidad del canal de acceso, lo que implicó adquirir equipos especiales como la draga, que tuvo un costo de 2.500 millones de pesos, con el fin de optimizar el servicio a los buques. Para 1996 la inversión será cercana a 19.000 millones de pesos, los cuales se destinarán a la continuación del proceso de sistematización a través de una red nacional satelital, y en el área de seguridad.
A tan solo año y medio de haberse privatizado el puerto el movimiento de carga se incrementó en 15 por ciento, pasando de cuatro millones de toneladas a cinco millones en 1994 y, según González, en lo que va corrido del año se han aumentado 500.000 toneladas.

MI BUENAVENTURA
Lo insólito del asunto es que, a pesar del gran número de utilidades que genera el puerto, sus 350.000 habitantes viven en condiciones muy regulares. Sin embargo, uno de los propósitos de la privatización es el de subsidiar al municipio para mejorar la calidad de vida. Según González, la Sociedad ha invertido, entre 1994 y 1995, 4.000 millones de pesos en programas sociales, como la construcción del polideportivo, un parque de recreación pasiva, mejoras en las salas de cirugía del hospital regional, adquisición de una unidad extintora y un camión cisterna, equipos de comunicación para el Fondo de Vigilancia, capacitación tecnológica para operadores portuarios y promoción de grupos culturales.
El puerto genera 120 empleos directos y 8.000 indirectos con un salario promedio de 250.000 pesos, afirmó el presidente de la Sociedad, y añadió que, aunque los salarios no son de los mejores, se pasó de las bonificaciones por ineficiencia a unos salarios reales, que poco a poco se irán acomodando de acuerdo con el mercado.

TERMINAL
Entre los proyectos que adelanta la Sociedad Portuaria se encuentra la adecuación del terminal marítimo para especializarlo en el manejo de contenedores. En este punto Gran Muelle S.A. empresa creada hace tan solo año y medio y conformada por un selecto grupo de industriales colombianos, es la que administra y opera este terminal.
Un oceanógrafo cartagenero de la Armada, quien estuvo por más de 26 años vinculado a ésta, el capitán Ernesto Cajiao Gómez, es el gerente general de esta nueva empresa.
Este proyecto, que consiste en un patio de 55.300 metros cuadrados, ubicado sobre la Avenida Simón Bolívar a la altura del kilómetro 5 de Buenaventura, que cuenta con un muelle de concreto de 60 metros de largo, empezó a funcionar en junio en la operación y almacenamiento de carga general y contenedores.
Gran Muelle S.A. cuenta ya con cerca de 42 clientes importantes, de los cuales el 80 por ciento son empresas del Valle del Cauca. Hasta la fecha la cantidad máxima de acopio ha sido de 25.000 toneladas en un mes, pero, según el capitán Cajiao, el proyecto está diseñado para albergar 1.200 contenedores llenos y unos 300 vacíos y atender un volumen de 360.000 toneladas anuales de carga.
Las ventajas que el muelle brinda, tanto al puerto como a sus clientes, tiene que ver con la eficiencia, seguridad de la carga y los bajos costos. De acuerdo con la Superintendencia Nacional de Puertos, las tarifas portuarias se han reducido en 50 por ciento durante los últimos dos años, y así mismo se ha reducido en 60 por ciento el tiempo de permanencia de los buques, lo que significa que el costo de la operación también disminuye.
Esta empresa, además de colaborar con los empresarios y con la eficiencia del puerto, contribuye al desarrollo del municipio generando 100 empleos directos y 180 indirectos. De acuerdo con Cajiao, para 1996 la empresa contará con una derivación de la línea férrea para hacer conexión directa con Transpacífico y así abaratar mucho más los costos de transporte.

CADENA PORTUARIA
Además del proceso de modernización en infraestructura y administración del puerto de Buenaventura, éste gozará de hoy en adelante no sólo de uno sino de varios equipos conformados por grupos de funcionarios, técnicos y profesionales en las políticas portuarias que a través de Gran Muelle y de las dos zonas francas convertirán el proceso del comercio exterior en una verdadera cadena portuaria, como lo señala el informe Monitor de la Cámara de Comercio de Cali.
El ingeniero vallecaucano Alfonso Muñoz es la persona que lidera el grupo de empresarios caleños que, como Alfredo Domínguez, Rodrigo Bernal y Eduardo Sardi, entre otros, serán los nuevos administradores de la Zona Franca de Palmaseca durante los próximos 15 años.
En el año y medio de funcionamiento la Zona Franca ha vinculado a 24 empresas, es decir que al pasar de manos del Estado al sector privado se duplicó su crecimiento, lo que dio paso a la construcción adicional de 15.000 metros cuadrados de bodegas para recibir a los nuevos usuarios.
Con una inversión cercana a 1.200 millones de pesos se mejoraron los servicios de telefonía satelital, energía y acueducto de la única Zona Franca del país que está ubicada dentro de un aeropuerto. La generación de riquezas de sus importaciones, que a septiembre de 1995 llegaron a 11 millones de dólares, y de sus exportaciones, que de 33 millones de dólares en 1994 pasaron a 37 millones de dólares este año, confirma una vez más que la privatización es una ventaja competitiva para todos los sectores.
Los proyectos inmediatos, según Muñoz, son la sistematización, el acondicionamiento de una EPS, la conexión con las pistas de carreteo a través de un proyecto de 1.500 millones de pesos y la construcción de Palmaseca II, con 500.000 metros cuadrados y una inversión del orden de 20.000 millones de pesos.
En la Zona Franca de Palmaseca se consiguen lotes urbanizados para la venta a un precio de 45 dólares metro cuadrado y para el alquiler tres dólares al mes por metro cuadrado.
Lejos de ser tan solo sitios de acopio y distribución de productos, las zonas francas como la del Pacífico se han convertido en verdaderos parques industriales de cinco estrellas, con todos los servicios públicos, sistemas de seguridad, planta de tratamiento de aguas residuales y una completa concepción administrativa en apoyo logístico, trámites de comercio exterior, este es uno de los puntos que caracteriza a todas las zonas francas del país.
De acuerdo con Leonilde Arredondo, gerente general de la Zona Franca, el parque, cuya inversión fue de 20.000 millones de pesos, generará 350 millones de dólares anuales con cerca de 25.000 empleos y capacidad para 90 empresas, entre las cuales se encuentran Icolápiz, Bulimak, Fundación Corona y Distribuidora Erpo Ltda, entre otras.
Al igual que la zona de Palmaseca, la del Pacífico también vende y alquila lotes urbanizados desde 1.200 metros cuadrados, bodegas desde 300 metros cuadrados y oficinas desde 70 metros cuadrados a 500.000 pesos el metro cuadrado.
Todo parece indicar que para que el Valle del Cauca sea el corredor del comercio internacional y el puerto de Buenaventura el trampolín a nuevos mercados, la cadena portuaria debe trabajar en conjunto en la inversión de infraestructura de esta región.