Especiales Semana

ESTILOS Y ELEMENTOS EN CONSTRUCCION

16 de noviembre de 1992

MAS ALLA DE LOS AÑOS
TENDIDA SOBRE EL TIEMPO ESTA LA antiguedad. Aquella mezcla de pasado y de historia que recobra vida en el presente, un trozo de espacio que caminó en otros tiempos, un fragmento de voz que gritó otros días, pedazos de recuerdos que hoyestán desparramados en un desván pero que fueron actualidad en otra época.
Y aunque la antiguedad sea pasado, sea recuerdo, huela a viejo y permanezca desteñida, hoy está de moda. Diseñadores y decoradores coinciden en afirmar que el toque de antiguedad en cualquier ambiente es básico, pues entrega una dulce nota de antaño que sumerge al hombre en en el recuerdo.
Paradógicamente, podría decirse que la antiguedad es la nota predominante de la modernidad. Un boleto al pasado que se recrea entre cuadros contemporáneos que contrastan con su edad.
Por eso, cada vez es más común encontrar restaurantes, viviendas, oficinas y hasta almacenes decorados con ese toque del ayer. Un elemento recuperado que otorga a las decoraciones el sabor de la vida, el calor humano, el colorido del recuerdo.
Y es que con una curiosidad insaciable el hombre se acerca a cogerla como lo hace con una manzana que pronto caerá del árbol. La antiguedad es esa tentadora fruta prohibida que lleva en su interior el misterio de algo que el hombre desconoce, de algo que el hombre nunca vió, de algo que el hombre siempre quiso descubrir.
Se acerca a ella cuando ya ha cumplido más de 100 años...quizá 100 años de soledad, quizá 100 años de compañía.
VIDA DESPUES DE LA VIDA
"La antiguedad por acompañada u olvidada que esté -señaló un experto consultado- es el testigo de corazones que palpitaron mientras colocaban un disco en la victrola, mientras escuchaban un programa en la radio de los abuelos". Pero la antiguedad no sólo es recuerdo. También es vida y es vida porque está todavía tendida en el tiempo. Por sí misma ha logrado resurgir en un mundo que devasta todo, que vive de la moda, que cree en las ventajas de lo nuevo sobre lo viejo.
La antiguedad ha logrado tenderse en el tiempo y lo ha hecho porque parece alzarse sobre el mismo, tomar vuelo y saberse con experiencia sobre aquellas generaciones de objetos que apenas nacen. Ella sabe que funcionó, que decoró, que soñó, que sirvió. Por eso, la antiguedad hoy permanece tendida sobre nuestro tiempo.
Algo así como un resucitar después de 100 años de condena. Y en ese volver a vivir, la antiguedad logra despertar en cada ambiente la alegría que llevaba, el recuerdo que contiene y, sobre todo, logra calentar aquella frialdad con que llegó un objeto nuevo de un alamcén.
Para algunos especiolistas la mayor virtud de la antiguedad es precisamente que logra marcar un contraste tan grande, que permite revivir con ese choque una decoración que probablemente estaría en agonía.
De ahí que en muchas ocasiones, algunos expertos insistan en colocar un objeto tan moderno como lo es un equipo láser en un armario viejo. Y cerca de él la colección de discos, un toque que va más allá del buen gusto. Es hacer convivir dos épocas radicalmente diferentes, y sentarlas en la misma mesa. Cada una se aprecia en sí misma gracias a la diferencia tajante con la otra. Paradójicamente, este constraste da personalidad al ambiente. Si se estudia y ejecuta de manera cuidadosa se pierde el peligro de caer en una mezcla indiscriminada de estilos.
MUCHA TELA QUE CORTAR
DESDE ESTE MES LLEGA a Colombia Schumacher y Cía, la fábrica de telas más prestigiosa que es al mundo textil lo que la Mercedes Benz es al de automóviles.
Lograr la representación no fue cosa fácil. La verdad es que entre charlas, idas y venidas a Nueva York, los propietarios del almacén Alfombra y Tela, con sede en Bogotá y Medellín, lograron convencer a las directivas de Schumacher de que contaban con la mejor infraestructura para exhibir las telas.
Ellos, como Santo Tomás, hasta no ver no creer y aterrizaron en Bogotá en plan de inspección. El resultado fue bastante favorable, la experiencia, exclusividad y condiciones del almacén eran propicias para exhibir este tipo de telas que llevan más de un siglo decorando importantes recintos del mundo como la Casa Blanca.
SCHUMACHER EN EL MUNDO
La compañí nació en 1889 cuando Frederick Schumacher compró a los señores Passavant and Company el stock entero de Upholstery Goods.
Este francés expatriado y residente en Estados Unidos comenzó una gran empresa que muy rápidamente se convirtió en el punto de comparación de los textiles decorativos finos importados y exportados.
Con la compañía los grandes brocados, damascos, bocatelles, lampases, tapices, toiles y chintz, fueron perfectos durante años. Las primeras décadas del siglo XX con las corrientes del Art Nouveau y el arte de las fábricas modernas y las colecciones ilustradas que permiten a los diseñadores contemporáneos del período de la posguerra, la compañía Frederick Schumacher dejó una distinguida huella a lo largo de los más elegantes espacios interiores de la nación del Tío Sam. En los anuarios del arte decorativo y del negocio americano la historia de F. Schumacher y Cía es una de las más memorables.
Durante la época de oro F. Schumacher abrió sus puertas en la avenida Broadway 22.
Percibiendo el mercado para seleccionar fábricas importadoras de telas para las fabulosas mansiones de las clases altas norteamericanas y en los lujosos espacios públicos que ellos frecuentaban, su intenció era reunir una serie de movimientos europeos disímiles para comerciar.
Frederick Schumacher estaba sutilmente obsesionado con la idea de introducir una tradición centenaria de viejas fábricas dentro de un país joven.
Un hombre urbano y con gran figura para el que era familiar el milenio cultural y artístico muy sofisticado en Europa. El regularmente deleitaba a los escuchas americanos con historias de las familias reales y sus intrigas. Su temprana adultez la pasó en el empleo de Vanoutryve, la más vieja y grande fábrica de telas en su nativa Francia.
Seis años antes de adquirir el stock, había dirigido con igual prestigio firmas de alta costura y drapeado en diferentes fábricas neoyorquinas.
La combinación de un gusto muy refinadono y un desarrollado sentido de los negocios han caracterizado a la compañía hasta hoy.
Típicamente astutos fueron los movimientos hechos por la compañía en su primera década. En 1893 Schumacher trasladó sus oficinas una de tantas veces, para la más imponente locación de la Cuarta Avenida, hoy Park Avenue del Sur, y 18 Street. En el mismo año trajo a Paul Gadebusch como su compañero de fórmula.
Con las conexiones norteamericanas que rivalizaban con el propio Schumacher en Europa, Gadebusch rápidamente se convirtió en el hombre clave para encontrar nuevos clientes y su genialidad financiera mantuvo a salvo a la compañía a través de los pánicos y reveses finacieros durante los primeros años del siglo XX.
Mientras Schumacher permaneció la mitad del año negociando la compra, y frecuentemente la manufactura exclusiva de las fábricas para la compañía, Gadebusch supervisó operaciones diarias enturblando la atmósfera cooperativa que inicialmente había fomentado el fundador como una familia.
Varias décadas más tarde fue descrito por un antiguo colega como "un padre para cada uno de los miembros más jóvenes de la organización, la oficina de Gadebusch estaba siempre abierta tanto para los más bajos como para los más altos".
En la actualidad, la compañía tiene los diseños más sofisticados que fábrica alguna pueda elaborar en el planeta. La calidad y experiencia son dos constantes que permanentemente se encuentran en sus diseños.
A ello se suma un sofisticado equipo de diseñadores, como Frank Lloyd Wright, uno de los mejores profesionales del diseño y la arquitectura en el mundo, quien trabaja modelos exclusivos para la empresa.
El equipo crea modelos novedosos, modernos, tradicionales, románticos y futuristas para la casa Schuma cher.
Ahora con representación en Colombia a través de alfombras y Telas, una empresa con más de 15 años de experiencia en el mercado textil, los decoradores podrán echar mano de esta, la marca más fina y exclusiva para decorar salas, alcobas, oficinas, hoteles, restaurantes, en fin, cualquier espacio. Porque las telas, papeles y alfombras diseñados por Schumacher se encuentran en los más exclusivos y sobrios rincones del mundo.