Especiales Semana

Fiebre hotelera

Las grandes cadenas del mundo están mirando a Colombia. Los beneficios tributarios en esta actividad y las buenas perspectivas económicas han estimulado la inversión en este sector.

1 de mayo de 2011

Es tal el dinamismo que se vive en el sector hotelero colombiano, que el empresario brasileño Germán Efromovich, máximo accionista de Avianca-Taca, decidió meterse en ese negocio que, para él, se complementa muy bien con la aviación comercial de pasajeros.

Su entrada al mundo hotelero comenzó en 2009, cuando adquirió el Hotel Cartagena de Indias y siguió el año pasado con la compra de una serie de hoteles que eran de propiedad de la firma Colinversiones. Por 44.000 millones de pesos Efromovich se hizo al 95 por ciento del Hotel Pereira y al 89 por ciento de la Promotora de Hoteles Medellín, que es la dueña de Hotel InterContinental, en la capital antioqueña, y el Hotel Las Lomas, en Rionegro.

"Los hoteles constituyen un factor fundamental para el desarrollo de la industria turística y son un excelente complemento de los productos y servicios de Avianca-Taca a los viajeros nacionales e internacionales. Estos dos segmentos -camas y sillas de avión- permiten promover los servicios turísticos colombianos, tanto en el ámbito local como en el exterior", dice el empresario, al explicar que esta inversión corresponde a la confianza hacia el dinamismo y crecimiento económico de Colombia.

Con esta negociación, Efromovich sumó 645 habitaciones a las que ya tenía en Cartagena y advierte que no parará ahí.

"El objetivo es consolidar una organización hotelera que compita con los más altos estándares de operación y servicio. Se busca ser una alternativa de alojamiento de talla mundial y consolidar un portafolio de hoteles que atienda a varios nichos de mercado. Se buscan propiedades en Bogotá, Cali, Bucaramanga, Cúcuta, Santa Marta, San Andrés y Cartagena", agregó a SEMANA.

Otros inversionistas están mirando con igual interés este sector. La apertura en julio del año pasado del Hotel JW Marriott en Bogotá fue uno de los hechos más relevantes de esta industria, que se ha visto estimulada por las exenciones tributarias que creó el anterior gobierno.

Al Marriott se sumaron otros grandes proyectos: el Hilton, Sonesta, Inter Continental, NH Hotels y el Hyatt, por citar otras firmas que protagonizan el boom hotelero en el país. En nuevas construcciones y remodelaciones, Cotelco estima que las inversiones el año pasado ascendieron a 1.700 millones de dólares. Este fenómeno no pasa inadvertido en el exterior y publicaciones como Los Angeles Times han señalado que Colombia pasó de ser "un paria del turismo global", a ser uno de los destinos más importantes de Suramérica, con 1,7 millones de visitantes el año pasado, cifra superior en 17 por ciento a la de 2009. Se calcula que al finalizar este año habrá en el país unas 120.000 habitaciones disponibles. Es decir, se duplicará la capacidad que había en el año 2000.

Todo está dado para que el boom continúe. Carlos Alberto Serna, gerente de Espacios Urbanos, dueño del Hotel Santa Clara en Cartagena y próximo a inaugurar el Trump Ocean Club, en Panamá -que será el complejo turístico más grande de América Latina-, hace cuentas sencillas para demostrar que en el país aún hay espacio para crecer en materia hotelera. "Si se suman todos los hoteles que se construyen no son más de cincuenta. Si se analiza que el gobierno tiene la meta de cuatro millones de turistas en 2015, hay que seducir a 2,3 millones más de viajeros hacia el país. Si cada hotel nuevo tiene 100 habitaciones se requerirían 360 hoteles más para darle cupo o cama a la gente proyectada".

En conclusión, el auge hotelero del año pasado dejó claro que la inversión en este sector apenas comienza y que la estabilidad jurídica y el dinamismo de la economía permitirán que las grandes firmas del mundo sigan contribuyendo al desarrollo de esta industria en el país.