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Cada vez más las universidades les apuestan a posgrados más especializados. Las de Medellín no son la excepción y cada semestre la oferta se multiplica.

29 de marzo de 2008

Hasta el año pasado hacer una especialización en Colombia resultaba un buen negocio. No sólo era económico y de fácil acceso, sino que otorgaba, en un año y medio, cierto prestigio. Incluso, era tal el apogeo, que instituciones como la Universidad de Antioquia llegaron a tener 130 opciones para especializarse. Sin embargo, un decreto del gobierno nacional de 2006 (el 1001) cambió el panorama y apenas este año se están viendo las transformaciones.

Dicho decreto reglamentó los posgrados y, en pocas palabras, el buen negocio en la educación superior se trasladó a las maestrías. Hoy, para las personas graduadas de un pregrado resulta más atractivo estudiar una maestría, por tres razones, básicamente. En primer lugar, la única diferencia entre los dos posgrados en cuanto al tiempo es un solo semestre. Mientras la especialización tiene una duración de un año y medio, con sólo un semestre adicional se podría completar la maestría. Pasa algo similar con los costos. En promedio, la diferencia entre la una y la otra -que en gran parte depende de la universidad- está entre 500.000 pesos y un millón y medio por semestre. Y la tercera razón es el prestigio. Ser magíster otorga no sólo mayor estatus académico, sino mayores ingresos en algunas profesiones.

No es casual entonces que muchas universidades hoy estén decidiendo acabar con el auge de las especializaciones de hace algunos años y abrirles el terreno a las maestrías y a los doctorados. Tal vez el ejemplo más claro de ello se presenta en la Universidad de Antioquia, que desde hace dos años ha venido incentivando a sus diferentes facultades para que abran más maestrías y doctorados. Hoy cuentan con 30 y hasta el segundo semestre del año pasado estaban matriculados 613 estudiantes, casi la misma cantidad de estudiantes inscritos en las 64 especializaciones.

Carlos Mario Pérez, asistente de la dirección de posgrados de esta universidad, dice que en menos de tres años la cantidad de estudiantes de maestrías superará —y por mucho— la de las especializaciones. "Cada vez son más las opciones que tienen los estudiantes de posgrado -dice Pérez- y sabemos que la competencia es fuerte porque todas las universidades del país están en la misma búsqueda".

Claro, no sólo se trata de ofrecer títulos con nombres atractivos y difíciles de pronunciar, sino de la calidad de los contenidos en las materias. Algunas universidades tienen como requisito en sus doctorados que sus docentes no sólo sean doctores, sino que tengan cierta experiencia en su campo. La competencia académica, entonces, no sólo está en el campo de la cantidad, sino en el del saber.

Y eso la universidad Eafit lo supo desde hace varios años. Desde 1973, esta universidad al sur de Medellín tiene posgrados. La Maestría en Administración fue la primera en abrir y desde esa época hasta hoy ha ofrecido, en promedio, 45 opciones de posgrados. La mayoría en la Facultad de Administración y Negocios, su especialidad.

Muestra de ese afán por crear diferencias competitivas frente a las otras universidades es la nueva Maestría en Música que, según su coordinador, Andrés Gómez, es la única en el país que ofrece cinco líneas de énfasis: dirección, composición, teoría, instrumentación y musicología histórica, "es como si fueran cinco maestrías diferentes" dice.

También exitosa ha sido la Universidad Pontifica Bolivariana, que desde 1983 ofrece programas de posgrado en la capital de Antioquia (comenzó con las Especializaciones en Derecho Administrativo, Derecho Comercial y Derecho laboral). Hoy cuenta con más de 1.200 estudiantes sólo en posgrado, y en el segundo semestre de este año comienza una nueva especialización en Servicios Públicos Domiciliarios, única en Antioquia.

Y cada vez con más frecuencia se escuchará decir que tal o cual posgrado es "único en la ciudad" o "único en el país". Mientras más detallado sea el campo del conocimiento, mayores probabilidades tendrá de ser único en su género. A eso le están apuntando las universalidades no sólo en Medellín, sino en todo el país.

Un ejemplo claro de esto es la maestría en Estudios Socioespaciales, creada desde el año pasado por el Instituto de Estudios Regionales de la Universidad de Antioquia. Está enfocada en campos tan específicos de las ciencias sociales como lo son la relación de los sujetos con los paisajes, los cuerpos, las tecnologías y los objetos. Según sus directivas, es la primera maestría en el país en el campo socioespacial.

En ese sentido, la Universidad de Medellín ha logrado pasar de una maestría a tener ocho en menos de una década. El próximo año empezará a ofrecer un doctorado en Derecho Procesal, pero su fuerte está en la facultad de Ciencias Económicas, que se ha convertido en una de las más demandadas de la ciudad.

La maestrías y los doctorados se multiplican y las universidades de Medellín son muestra de esto. Y aunque cantidad no significa calidad, los resultados apenas se podrán notar en unos pocos años, cuando los primeros magíster del nuevo auge se gradúen. -